VIII

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Hay un monstruo en su cuerpo, lo obliga a entrar a mi habitación en las noches y a cerrar la puerta.

Hace que susurre promesas de silencio, odio que me toque, odio su aliento sobre mi piel.

Pero no te preocupes.

No durará mucho.

Tengo un arma bajo mi almohada, pronto acabaré con el monstruo de una vez por todas y lo liberaré.

Tranquilos.

Sé esconder la evidencia.

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora