Primera parada

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-¿Visitaremos lugares embrujados?
-Nop, esos son los días martes.

-¿Alguna maravilla del mundo moderno?
-¡Bah!, para eso podrías tomar un tren ordinario.

El tren silva en advertencia.
Nuestra primer destino está cerca.

Sujétense mientras caemos en picada.

-¿Es posible que un tren haga eso?
-No, ¿Qué parte de tren fantasma no entendieron?

El sonido de los frenos al raspar las vías contrasta con la expectativa del lugar.
Primera parada: El inframundo.
O infierno, cómo le digan, eso no es tan importante.

-¿Listos para bajar? Aferrénse a su boleto y no lo pierdan, a menos que quieran quedarse aquí abajo y ser esclavos trabajadores pero sin sueldo.

-¿Mal chiste? Caminen amigos, detrás de mí, no se queden mucho tiempo sin moverse podrían quedarse congelados.

-¿No hay fuego en el infierno?
-Claro que sí, pero eso es en el ala sur, estamos en la parte congelada, donde el frío se cuela a tus huesos y ardes de manera dolorosa.

Sea donde mires encontrarás criaturas torturando y trabajando.

-Miren esas bolitas con cuernos, ¿No son adorables? Pero cuidado, los demonios bebés son más traicioneros con sus tratos.
Hablando de eso, no hagan ninguno aunque la oferta sea tentadora, sé lo que les digo.

En los caladeros arden personas mientras los diablos golpean a otras para que lancen carbón al fuego.
Pasemos de las torturas físicas, mejor que sea sorpresa para los que van a venir aquí cuando mueran.

-¿Otro mal chiste?
-Ejem, claro, era un chiste, ¿Tú vas a misa todos los domingos?.
-Sí.
-Como si eso te fuera a salvar, en fin.

Tres treinta y tres, el tren ha dejado salir su lamento de vapor, es hora de marcharnos.

Los diablos deben de subir y esparcir el mal a estas horas.

Suban, suban, no se queden atrás, dejemos a las almas que no encuentran la paz y están condenadas al sufrimiento.

El tren fantasma debe de partir.

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora