La cama estaba calcinada, hacía falta un pequeño empujón para que se derrumbara, pero en las paredes aún podía escucharse su risa.
A veces juega con sus juguetes y asusta personas con sus bromas.
A veces le atraen los adultos y se pega a ellos para seguirlos.
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Un paseo por lo macabro
DiversosPequeños relatos hechos para devorarte... Quiero decir atraparte
XXIII
La cama estaba calcinada, hacía falta un pequeño empujón para que se derrumbara, pero en las paredes aún podía escucharse su risa.
A veces juega con sus juguetes y asusta personas con sus bromas.
A veces le atraen los adultos y se pega a ellos para seguirlos.