XI

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Hace tiempo que la comida se acabó.

Las plagas crecieron y son más peligrosas, las langostas son del tamaño de un perro y tienen el apetito insaciable, los insecticidas fallaron y solo las hicieron indestructibles.

Hace tiempo que el grano no las atrae, ellas prefieren la carne humana.

Pusieron su propio orden, sumiéndonos en caos.

Hay que hacer sacrificios todos los días, se hace un sorteo entre los de bajos recursos y las personas desafortunadas son amarradas en grandes postes de madera.

La sociedad se esconde bajo tierra, las casas ya no pueden existir en la superficie, las cosechas se mantienen pero darles mantenimiento es un trabajo de muerte.

Ya es tiempo para que la humanidad se extinga, pero nos aferramos al miedo de la muerte.

Creo que prefiero morir de hambre a ser devorado por los insectos.

Aunque mis deseos no fueron escuchados y veo mi momento venir, amarrado a un poste,
escuchando el feroz aleteo y sintiendo sus mordidas de furia.

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora