El Asesino

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Cuando los policías llegaron a la escena del crimen se quedaron sin habla.

Seguido se piensa que los asesinos les perdonarán la vida a los infantes, aquellas almas que apenas perciben cosas a su alrededor, la inocencia que no permite saber que pasa a su alrededor y no hay forma que vean la muerte venir por ellos.

Éste no es el caso.

La cuna se encontraba vacía, un cuadro pintado de sangre en las paredes, los intestinos colgaban del ventilador, dando vueltas como serpentinas.

Los juguetes formaban un círculo alrededor del cuerpo colgado, los únicos testigos de lo que pasó, aguardan sin moverse, mañana estarán dentro de las pruebas para buscar huellas.

El policía novato vacío el contenido de su estómago por la ventana, el más viejo se quitó la gorra y rezó por el alma inocente.

Sólo el del medio aguardó en silencio esperando indicaciones con su rostro congelado sin emociones.

Abajo se encuentra el resto de la familia, para ellos la tortura fue peor, si es posible.

Los cuerpos quedaron destrozados e irreconciliables por las puñaladas hechas con un cuchillo.

Un crimen de odio puro sin razón aparente, la familia era querida por todos y nadie les guardaba rencor, pero ahora eso ya no importa, están descansando tres metros bajo tierra para siempre.

Con el paso del tiempo se van olvidando de ellos y la investigación llega a un callejón sin salida, el caso queda archivado y abandonado en el polvo.

Finalmente el policía novato sonríe victorioso, otro trabajo perfecto.

Cada día sus habilidades crecen, aunque fue una pena por el bebé, era bonito y no se asustó al ver el monstruo entrar.

¿La razón del crimen?
Envidia.

Ellos podían sonreír, tenían amor y pueden sentir emociones.

Para él, solo existe la alegría de arrebatar vidas con sus manos, por eso se cree un Dios que tiene el permiso de limpiar el mundo.

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora