IX

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Pierdo la batalla con rapidez.

No quiero darle el paso a la criatura con sed de sangre que se encuentra en mi interior.

He intentado de todo.

Pero el impulso me ordena y antes de que me dé cuenta ya lo he hecho.

La bestia se retira saciada por el momento,
pero en casa inician a sospechar, tal vez lo vean en mi mirada, o en mis manos llenas de heridas.

El monstruo va ganando fuerza y habilidad, cada muerte es más perfecta que la anterior.

Hay que detenerlo.

¡Ayúdenme a hacerlo! Por favor...

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora