XXXVIII

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La cajita músical comenzó su concierto en la madrugada, dejando salir una hermosa melodía que se deformaba poco a poco al agotarse.

Lo curioso es que nadie le había dado cuerda.

Cuando la abrí la bailarina no estaba por ningún lado, se había marchado.

Dejé caer la caja al piso, cuando una bolsa me cubrió la cabeza oscureciendo mi vista.

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora