XXVII

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No todos los monstruos son malos.
Hay algunos incomprendidos que no encajan en el estándar.
Les gusta subirse en tu hombro y viajar a tu lado.

A veces se caen y te jalan el pelo por accidente tratando de detenerse.
A veces se ríen y su risa se siente como viento en la oreja.

A veces por accidente hacen que tengas mala suerte pero esa no es su intención.

Les gusta meterse en tus capuchas y acurrucarse contigo en la cama.

A veces se pelean con las mascotas por el territorio y otras aprenden a compartir.

¿Has sentido a tu monstrito?

Un paseo por lo macabroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora