AYLAH
Iba acurrucada en el regazo de Kadir, así había sido durante todo el viaje. El trayecto estaba siendo sumamente incómodo, ir sobre un caballo en semejante postura era bien molesto. Su cuerpo dolía por mantener la misma posición durante tanto tiempo, pero era incapaz de quejarse. Después de lo sucedido, su mente había comenzado a analizar la situación y las reacciones de los que la rodeaban. Sinceramente desde que había despertado había visto a Kadir como un hombre inexpresivo que solo mantenía una relación con ella por su compromiso. Pero le había demostrado todo lo contrario al rescatarla de esa manera, si realmente hubiera querido romper el compromiso, hubiera usado lo que vio que sucedía entre Ellies y ella como excusa para abandonarla. Sin embargo la había salvado, incluso sonaba triste al hablarle, como si se arrepintiera de no haber actuado antes.
Otro que le incomodaba por el súbito cambiode actitud, era el mago. Aunque ella trataba de aguantar sin moverse, cada vezque se acomodaba, Kadir ordenaba que se detuvieran a descansar y comer algo.Cuando vez que eso sucedía, Jens aparecía a su lado de improvisto y laexaminaba con extrema concentración. No estaba acostumbrada a este tipo detrato, la única persona que genuinamente se había preocupado por ella desde sudespertar había sido Bethel, nadie más. Así que se sentía extraño tener a estosdos hombres pendientes de ella a cada minuto. Ver al mago tan enfocado en susalud le preocupaba.
Sabía que definitivamente algo andaba mal con su cuerpo, esta última vez había sido la peor de todas. En serio llegó a pensar que ardería en llamas. Tembló de imaginar cual hubiera sido el resultado si Jens no hubiese estado presente en ese justo momento. Estos eventos iban escalando en gravedad, lo que la llevó a pensar en la posibilidad de que este cuerpo la estuviera rechazando, puesto que no era la dueña original. Por más extraño que sonara, en su mente seguía rondando esta hipótesis que era demasiado preocupante.
Tal vez el mago ya lo habría notado o quizás pronto lo haría. Incluso si eso sucedía, ya no le temía a las consecuencias. ¿Qué era lo peor que podía pasar cuando se descubriera que era una usurpadora? ¿Qué la Aylah que todos conocían no existía hace mucho tiempo? ¿Qué la despojaran de su posición social y la echaran a la calle? Eso no era algo terrible, muy por el contrario, sería el mejor resultado posible. Era cierto que el hecho de ser una princesa mimada, llena de riquezas y lujos era una opción tentadora. Pero al menos podía vivir en paz una larga y tranquila vida en libertad, no le importaba vivir de manera humilde.
Tendría que aprender un oficio para mantenerse, pero no estaría a merced de un loco obsesivo. Aunque si la dejaban desprotegida, él podría encontrarla y entonces nadie vendría rescatarla. A Ellies no parecía importarle su posición social, solo el hecho de poder disponer de su cuerpo del modo que quisiera, sin interrupciones. No quedaba otro remedio, al menos por el momento, mientras no se descubriera su secreto, tendría que mantenerse actuando como la princesa. Hasta que al menos Ellies ya no fuera una amenaza, o hasta que ideara un buen plan para desaparecer y no ser encontrada jamás. Para eso necesitaba aprender todo lo que pudiera acerca de este mundo, lo más urgente era leer y escribir, esa sería su prioridad.
Otra cosa que elevaba su inquietud, era elhecho de pensar en las consecuencias de su rescate. Sabía que el conde y sobretodo Ellies no se quedarían de brazos cruzados. Su ansiedad seguía creciendosin detenerse, aunque se sentía protegida en los brazos de Kadir temía quepronto esto llegaría a su fin. Cada sonido fuerte que escuchaba le hacía creerque alguien los perseguía y aparecería de improvisto para atacarlos y llevarlade regreso a la mansión.
—¡Alto! ¡Identidad y permiso de entrada! —escuchó que alguien gritaba, sacándola de repente de sus angustiados pensamientos.
—¡Abran la maldita puerta si no quieren que la destroce! —Gritó Kadir por toda respuesta, haciendo que Aylah saltara en su regazo sorprendida por la repentina rudeza.
Asomó la cabeza fuera de la capa y por un leve instante pudo ver una enorme muralla de piedra gris, alzándose imponente en medio de la nieve.
—Aún no es el momento de que salgas, nadie sabe que vienes con nosotros —dijo Kadir cubriéndole la cabeza con la capucha— se puede armar un revuelo innecesario si los nobles se enteran que estás aquí antes de que podamos poner todo en orden para presentarte adecuadamente.
Kadir tenía toda la razón. No había pensado en cual sería la reacción de los nobles y del rey cuando ella llegara de improvisto a la capital, luego de escapar de la mansión. Si lo que había dicho Ellies era correcto, a estas horas legalmente su compromiso con Kadir debía estar anulado. Entonces a la vista de los demás, el general habría invadido una propiedad ajena y habría raptado a la princesa de la nación. Apenas unos pocos conocían la verdad de lo sucedido en la mansión y revelar los hechos reales sin evidencias sería muy complicado. En este momento eran unos peligrosos fugitivos en busca de refugio.
—¡Es el general! ¡Abrande inmediato! —gritaron voces lejanas y un fuerte sonido como de cadenasmetálicas y engranajes se sumó a la tormenta de nieve.
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Destinada a renacer 2
FantasyLuego de sorpresivamente ser rescatada por Kadir de las garras de Ellies, emprenden el viaje hacia el palacio real. Aunque su llegada a la capital trerá más eventos felices que conflictos, nuevos obstáculos se interpondrán en su camino. Aylah aprend...