CAMUS
Aunque había decidido ayudar a la princesa enviando información en secreto al palacio, acerca de los movimientos del duque y su familia, no podía negar lo asustado que estaba. Debía estar todo el tiempo mirando por encima del hombro y no podía confiar en nadie. Aunque Bethel le había indicado quienes eran fieles al reino, no podía evitar sentirse intranquilo. Esperando ser descubierto en cualquier momento.
El conde estaba de viaje, así que quien manejaba la propiedad en su ausencia era su hijo Ellies. Camus tragó en seco, estar cerca de este hombre le provocaba escalofríos. Tan solo recordar como había asesinado al mayordomo frente a sus ojos con total frialdad le revolvía el estómago. Pero no había otro remedio si quería ser de utilidad para la princesa, tenía que sobreponerse a todo y cumplir con lo que había prometido. Ya no había vuelta atrás. Su único aliciente era el hecho de que si le sucedía algo, su familia estaría a salvo y al menos no sería recordado como un cobarde.
Ellies lo había llamado apenas unos minutos antes y él solo permanecía en la habitación, esperando a escuchar lo que le ordenaría hacer. Si lo necesitaba, definitivamente, no iba a ser para algo agradable.
El hijo del conde revisaba un grupo de papeles minuciosamente, separando algunos y desechando otros. Camus estaba lo suficientemente cerca como para darse cuenta de lo que se trataba, eran los expedientes de todos los trabajadores de la mansión. Tragó en seco mientras veía a Ellies seguir revisando todo una y otra vez sin articular palabra alguna, tan concentrado que su aura daba miedo.
Alguien entro rompiendo el incómodo y gélido silencio mientras Ellies le dedicaba una mirada asesina. Los tacones de Jelna sonaron en la habitación mientras hacía una ruidosa entrada.
—¡Hola hermano! —saludó alegremente sin recibir respuesta alguna, luego sonrió con amabilidad y se acercó con evidente cautela al escritorio, mientras su hermano la ignoraba de manera abierta, regresando a los papeles que tenía enfrente.
Sin inmutarse, ella se sentó en uno de los sofás de forma descarada mientras una vena comenzaba a palpitar en el cuello de Ellies de forma peligrosa.
—¿Qué es lo que quieres?—preguntó con grosera frialdad en dirección a su hermana, que de manera casualcruzó las manos en su regazo sin que su sonrisa se desvaneciera
—Darte buenas noticias —respondió Jelna con voz misteriosa
Camus tragó en seco, esta jovencita estaba jugando con fuego. ¿Acaso no sabía de lo que era capaz su hermano? A estas alturas todos en la mansión lo sabían y ella deliberadamente lo estaba haciendo enojar. ¿Acaso había perdido el juicio? Ellies entorno los ojos en su dirección, su paciencia no parecía ser demasiada.
—Resulta que como no puedo dejar la mansión para asistir a eventos sociales, he estado conversando con mis amigas a través de la correspondencia, es lo único que puede calmar mi terrible aburrimiento
—¿Por qué eso debería importarme? —preguntó Ellies apretando los dientes
—Porque una es Lynne Jirshey y la otra es Zheria —señaló Jelna mientras los labios de su hermano se torcían en una obvia señal de disgusto— ¿Recuerdas a Zheria? —preguntó con un toque de ironía en su voz
—Por qué debería importarme que seas amiga de una de las hermanas de ese bastardo de Kadir? —preguntó Ellies mientras se levantaba de su silla con furia mal contenida
—Estás siendo malohermano, ella es tu prima también —añadió Jelna con sarcasmo.
Camus tragó en seco. Pudo sentir como la tensión crecía en la habitación mientras Ellies abandonaba la silla de su escritorio y comenzaba a acercarse a su hermana de forma peligrosa. Aunque se viera totalmente calmado en el exterior, su oscura aura indicaba claramente lo enojado que estaba. Cuando se acercó lo suficiente, alargó una de sus manos en dirección al cuello de su hermana.
—Volviendo al tema, resulta que ambas me contaron recientemente que irían al palacio para la presentación de Aylah como la princesa heredera —soltó Jelna con voz casual. Aunque su rostro se veía calmado, gruesas gotas de sudor surcaban su frente, demostrando que estaba totalmente consciente del peligro que estaba enfrentando justo en este instante.
Ante la mención de la princesa, Ellies se quedó paralizado y retiró lentamente su mano. Una extraña sonrisa cruzó su rostro mientras en sus ojos un brillo demente asomaba de forma escalofriante. Jelna alzo una ceja complacida ante el cambio de actitud de su hermano.
—Creo que ahora tengo toda tu atención ¿No es cierto? —preguntó mientas esbozaba una malvada sonrisa.
—Es posible —dijo Ellies mientras se cruzaba de brazos esperando escuchar más acerca del tema
—Ninguna de ellas sabe lo que sucedió el día que atacaron la mansión, ni la razón por la que Aylah apareció de repente en el palacio y nosotros estamos prácticamente desterrados —Jelna enumeró todo lo que decía usando sus dedos— así que les pedí que me contaran todas sus experiencias en el palacio, sobre todo las que involucren a Aylah, ya que es mi amada prima y la extraño demasiado —añadió mientras ponía las manos en sus mejillas y pestañeaba actuando de forma inocente— así que pronto tendré cosas interesantes que compartir contigo.
—Estás siendo sorpresivamente útil —dijo Ellies mientras su rostro reflejaba una malvada emoción, que de manera desagradable lo mantenía sonriendo— me aseguraré de recompensarte adecuadamente —añadió mientras le hacía un gesto a Camus para que lo siguiera y ambos abandonaban la habitación.
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Destinada a renacer 2
FantasyLuego de sorpresivamente ser rescatada por Kadir de las garras de Ellies, emprenden el viaje hacia el palacio real. Aunque su llegada a la capital trerá más eventos felices que conflictos, nuevos obstáculos se interpondrán en su camino. Aylah aprend...