2 - Princesa

327 47 6
                                    

El cambio de temperatura fue inmediato en cuanto entraron al palacio, como lo fue una extraña sensación que recorrió su cuerpo de repente. Era raro, como si de repente algo oprimiera su pecho impidiéndole respirar correctamente. Apenas unos momentos antes Kadir la había dejado en el suelo y antes de que ni siquiera pudiera dar un paso estaba paralizada.

—Tranquila, solo debes respirar. Va a ser incómodo al principio, pero en cuanto tu cuerpo se acostumbre te sentirás mejor —dijo la voz de Jens a su lado usando un tono tranquilizador— Es un hechizo que convierte el palacio en una zona Zhentrell, luego te explicaré con calma lo que significa, por el momento lo más importante es que mantendrá tu mana bajo control y evitará la posibilidad de que sufras de un ataque donde puedas hacerte daño o herir a alguien más.

—Lo sentimos mi señor, no traían estandarte así que no los reconocimos —dijo un guardia que recién había llegado corriendo tras ellos, con una nerviosa voz a modo de disculpa.

—Estaban haciendo su trabajo —Kadir sonaba pensativo al decir esto— Baldassare debe estar al llegar y posiblemente venga con compañía indeseada. Tripliquen la cantidad de soldados en la muralla y tienen permiso de usar fuerza letal en caso de un ataque sin importar quien sea el atacante. La prioridad es que nuestros caballeros ingresen a la capital y protegerlos de cualquier ataque.

—¡A la orden general! —exclamó el hombre con firmeza antes de salir corriendo nuevamente.

—Esta vez si que están en serios problemas —dijo una autoritaria voz femenina a modo de regaño— abandonaron una misión en curso y se aparecen aquí de improvisto. Es algo que esperaría del mago maleducado, pero nunca del general de los caballeros reales. Sinceramente estoy muy decepcionada así que más les vale tener una muy buena razón para todo esto.

Aylah seguía tratando de concentrarse en su respiración, pero no le parecía que estuviera funcionando. Mientras comenzaba a desesperarse porque la extraña sensación no desaparecía, zafó la capa que traía encima pues se sumaba a las molestias que la aquejaban, incrementando el sentimiento de ahogo y la necesidad de respirar, de conseguir aire de cualquier manera posible. Kadir comenzó a pasar una mano por su espalda con suavidad, tratando de calmarla, mientras la capa caía al suelo, revelando su cabello dorado y sus ojos violeta a los presentes.

Mientras comenzaba a calmarse lentamente, dio un vistazo hacia la mujer que había hablado antes. Se veía joven, pero al mismo tiempo irradiaba madurez y respeto. Tenía el cabello castaño oscuro corto por los hombros y sus ojos grises estaban abiertos por la sorpresa, parecía como si estuviera a punto de llorar por la emoción, mentras se llevaba ambas manos a la boca. Tras ella habían al menos diez sirvientas que también miraban la escena confundidas. La joven, recuperando el aplomo, hizo una profunda reverencia.

—Saludos a su alteza real, la princesa de Alstania, luz que ilumina nuestro reino —dijo con solemne pero temblorosa voz mientras el grupo de mujeres tras ella bajaban la cabeza siguiendo su ejemplo.

Un fuerte sonido metálico hizo que Aylah mirara a ambos lados, a lo largo del pasillo de la entrada al palacio había una larga fila de guardias, vestidos con armaduras, que parecían custodiar el lugar. Todos habían hincado una rodilla en el suelo, provocando el ruido que habia escuchado de repente. Fue abrumador ver algo así sucediendo de improvisto, Aylah solo podía ver sorprendida lo que pasaba sin saber que hacer. Miró a Kadir rogando por ayuda con la mirada, jamás nadie le habia demostrado semejante respeto, así que se sentía totalmente perdida en este tipo de situación.

—Ayuden a su alteza a acomodarse, necesita descansar, el viaje ha sido agotador —dijo Kadir en dirección a las sirvientas— lo dejo en tus manos Tione.

—Será todo un honor —dijo Tione sin poder ocultar la emoción en su voz mientras se acercaba a Aylah —¿Me haría el favor de venir conmigo su alteza?

Aylah solo asintió mientras seguía a Tione. Por alguna extraña razón esta joven le inspiraba confianza, se le parecía a alguien, pero no sabía a quien. Le hacía sentir una rara familiaridad, como si se tratara de una vieja amiga que has dejado de ver por mucho tiempo, para luego reencontrarse en el momento más inesperado.

—¿Nos hemos visto antes? —preguntó Aylah deteniéndose de repente— tu cara me parece conocida

Tione se giró dedicándole una intensa mirada, sonrió ligeramente y luego negó con la cabeza.

—No lo creo alteza —dijo con melancólica voz— Me honran intensamente sus palabras, pero mi rostro es muy común, suelen confundirme continuamente con otras personas.

Aylah continuó caminando tras Tione, como su cabeza era un lío, decidió no darle más vueltas al asunto. Ahora solo deseaba descansar adecuadamente, luego haría las cosas una a la vez. Había llegado a su destino, un lugar donde al menos esperaba obtener protección y algo de tranquilidad. Ya tendría tiempo para preocuparse por lo demás, este era un momento para no pensar en nada más, solo disfrutar de una deliciosa comida caliente y una suave cama.





Destinada a renacer 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora