Una extraña debilidad se apoderó de su cuerpo, podía sentir sus piernas tambalearse de manera peligrosa. En un abrir y cerrar de ojos Kadir llegó a su lado y la sostuvo evitando que cayera al suelo mientras Jens procedía usar magia curativa. La cara del mago seguía viéndose extraña mientras la revisaba de manera minuciosa. Las manos de Tione temblaban levemente en su regazo mientras su cara reflejaba una honesta preocupación.
—Eso es todo lo que necesitaba, ya puede retirarse a descansar — le dijo Jens mientras soltaba un largo suspiro y las sirvientas se acercaban con intenciones de escoltarla hacia su habitación— Kadir quiero que te quedes y tú también Tione, necesito que le informes al rey, yo estaré ocupado así que no podré hacerlo personalmen...
—Te ordeno que hables frente a mi —lo interrumpió Aylah de repente sorprendiendo a los presentes por su tono autoritario— prometo no asustarme si no son buenas noticias, lo que si no pienso permitir es que me oculten cosas o hablen a mis espaldas sobre temas importantes que me conciernen sobre todo si se trata de mi salud —alzó la cabeza con altivez, su mirada mostraba una fuerte resolución— es momento de que tome control sobre mi vida y eso comienza ahora.
Jens esbozó una media sonrisa mientras bajaba la cabeza en una profunda reverencia. Los presentes estaban atónitos, jamas habían presenciado semejante escena. El mago jamás había bajado su cabeza ante nadie, ni siquiera ante el rey. Era algo demasiado asombroso para incluso explicarlo con palabras, un hombre que ignoraba las reglas abiertamente, que hacía lo que quería dentro y fuera del palacio, que trataba a las personas como insignificantes insectos que no merecían su atención, estaba presentando el más alto respeto hacia la princesa. Incluso ella se sintió incomoda por un momento al ver las reacciones de los demás.
—Como usted ordene su alteza —dijo con profunda voz— aunque me temo que la explicación va a ser un poco larga, ya que tendré que contarle cosas acerca de la magia y su uso que ahora mismo no recuerda. ¿Podrían sus doncellas preparar un poco de té para hacer más amena la conversación? —preguntó con una extraña amabilidad. Aylah entendió de inmediato sus intenciones, quería a Jor y a Bryn fuera de la habitación antes de comenzar a hablar. Asintió dando su permiso, mientras las jóvenes salían de inmediato.
Con ayuda de Kadir, pues no confiaba en la estabilidad de sus piernas, se sentó en una silla cercana. Miró al mago de manera expectante mientras su corazón latía a mil por minuto, estaba ansiosa por saber que era lo que estaba sucediendo con su cuerpo.
—Primero que todo debo darle una corta explicación acerca de temas concernientes a la magia. Para empezar, hay diferentes tipos de magos y usted pertenece a los elementales. Su elemento es el fuego, algo que debería poder usar de manera natural sin necesidad de ninguna fórmula mágica. Según lo que presenciamos, su cuerpo recuerda la sensación de controlar el fuego pero usted por alguna razón que desconozco es incapaz de producir llamas por si misma —le extendió el papel donde estaba dibujada la fórmula y Aylah lo tomó con recelo, esperando que de improvisto el hechizo se activara nuevamente, pero no pasó absolutamente nada.
—El palacio se encuentra sobre una zona Zhentrell creada de manera artificial, usando el hechizo donde estuvo parada es como único se puede usar magia dentro del palacio.
—¿Zona Zhentrell? —preguntó Aylah sin comprender.
—Lugares en la naturaleza donde los humanos no puden usar su mana para hacer magia, en esos lugares están restringidos. Son las zonas más peligrosas del mundo para un mago. Pues estaría totalmente indefenso en un lugar lleno de incontables peligros, horrendos monstruos y bestias mágicas, sin la posibilidad de salvar su vida usando magia de defensa o curativa. Usando este concepto, una maga creó un hechizo que provoca el mismo efecto de manera artificial en una zona determinada. En este caso, el palacio real.
—Así se evitaría cualquier tipo de intento de un ataque mágico o atendado contra la vida del rey —intervino Tione de manera precisa.
—Ese hechizo donde estuvo parada es el único que permite a quien lo lleva en su cuerpo usar magia dentro del palacio —Jens alzó su antebrazo derecho donde dibujada en su piel estaba la misma fórmula— solo se le coloca a personas de extrema confianza, así que solo unos pocos tenemos permitido usar magia dentro de este lugar. Para el resto de los que entran, aunque sean personas con un talento extraordinario para la magia, aquí solo son normales, comunes y corrientes. Pues el hechizo que se extiende por el palacio y parte de sus alrededores lo convierte en una zona donde su mana se mantiene restringido dentro de su cuerpo, sin posibilidad alguna de ser usado. Los convierte en algo así como un frasco que es sellado de manera momentánea, manteniendo su contenido intacto hasta que salen de aquí. Entonces son libres de volver a usar nuevamente la magia a su antojo.
Jens recogió la esfera negra del suelo y comenzó a juguetear con ella entre sus manos. Acarició las grietas y dió un largo suspiro antes de continuar.
—La prueba que realicé fue sencilla. Le permití a su mana estar libre, como cuando vivía en la mansión y usé esta esfera, este instrumento mágico, para medir exactamente cuanto posee su cuerpo, cual es su límite y cuanto puede crear en un tiempo determinado. Como puede ver, la cantidad fue descomunal, tanto que la esfera no pudo medirlo y comenzó a romperse. Lo siguiente que probé, fue su uso del mana para activar un hechizo sencillo. Los magos podemos hacerlo haciendo una imagen mental del hechizo en cuestión —Jens alzó su mano y una fórmula apareció dibujada en el aire dentro de un círculo, flotando sobre su palma— pero por alguna razón, usted no puede activar ningún hechizo si no hace contacto con el dibujo de la fórmula. Supongo que es algo que tendrá que ver con el accidente que sufrió, pero por el momento no tengo una respuesta clara para ese fenómeno. Lo que si fue evidente es el hecho de que cuando su mana es usado para crear magia, o sea es liberado siguiendo un curso determinado, su cuerpo siente inmediatamente el alivio. Pero si aplica mana sin un determinado control pueden ocurrir efectos indeseados y daños a su integridad física. Entonces por el momento solo se me ocurre una solución inmediata, su alteza debe aprender a usar y controlar su mana. Es cuestión de vida o muerte para usted, debe deshacerse del exceso de mana que tiene su cuerpo usandolo y debe aprender como controlar su flujo sin dejar que este la controle a usted. Si esto llegara a suceder podría agotar por completo su mana sin darse cuenta, y en el caso de un mago, eso significa la muerte.
Aylah tragó en seco, esto era muy complejo. Debía usar magia para mantenerse viva, deshaciéndose del excedente, pero tampoco podía usar demasiado porque podría morir. ¿Como demonios lograría algo como eso? No le agradaba la idea de tener al mago como profesor, pero se veía que era alguien experimentado más allá de su grosera y fría forma de ser. Tragó en seco, tenía que preguntarle si estaría dispuesto a enseñarle.
—¿Entonces tu podrías...
—Me temo que eso no es una opción—la interrumpió el mago de forma tajante antes de que pudiera terminar su pregunta, al parecer adivinando de lo que se trataba— puedo enseñarle cosas básicas acerca de la magia, pero soy un terrible maestro se lo aseguro. Tengo a alguien más en mente, pero eso conlleva preparativos un poco mas complejos.
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Destinada a renacer 2
FantasyLuego de sorpresivamente ser rescatada por Kadir de las garras de Ellies, emprenden el viaje hacia el palacio real. Aunque su llegada a la capital trerá más eventos felices que conflictos, nuevos obstáculos se interpondrán en su camino. Aylah aprend...