Un Sentimiento Muerto en Un Corazón Roto. ||Draken x OC Female|| Tokyo Revengers

Spin-Off 1

Línea Original.

Habían pasado ya algunos meses desde la muerte de su madre. Por asuntos legales, tenía que vivir con sus abuelos, Rōnin la visitaba constantemente, también sus amigos, todos parecían estar preocupados por ella, se esforzaban por regresarla a la vida.

Si necesitas algo, puedes venir a Roppongi. Yo voy a cuidarte. Recordó las palabras de Rōnin.

En pleno otoño ya hacía bastante frío, pero ella miraba la luna desde su cama por el balcón.
Quería sentirse viva, anhelaba volver a reír. Fue en ése momento que se decidió, se puso de pie y comenzó a guardar toda la ropa que pudo en una mochila, también metió la fotografía de su madre.

— No puedo estar aquí, todo me recuerda a mamá. —repitió en voz alta mientras escribía la carta de despedida a sus abuelos— Iré con Rōnin. Perdón y gracias por todo, prometo que vendré a visitarlos. Los quiere, Raku.

Dejó la nota sobre su cama y se puso la mochila, miró una última vez su habitación y saltó por el balcón, se torció el tobillo pero nada del otro mundo.
Caminó hasta la estación del metro, pero sin mentir, decidió tomar un taxi. Estaba tan aturdida y aún lidiando con las secuelas del shock de aquella tarde que ni siquiera sabía qué hacer para llegar a casa de los Haitani. Le pasó la dirección al taxista, y en poco tiempo llegaron.
Llamó a su hermano pero no contestó, luego llamó a Ran.

— ¿Puedes decirle a Rōnin que estoy afuera? Necesito que pague el taxi.

— ¿Qué?, ¿cómo qué afuera?

— Sólo dile eso. Adiós.

Colgó y después de cinco minutos, los reyes de Roppongi salieron de su casa.
Ran pagó el servicio y luego fueron dentro de casa.

— ¿Qué mierda haces aquí? —Rōnin la tomaba bruscamente del brazo, hasta aventarla dentro de la casa.

— Oye, eso duele. —se quejó— Tú dijiste que podía buscarte.

— Sí, pero no pensé que fueras a mudarte, ¿ó por qué es la mochila?

— Estando con los abuelos siento que me asfixio. Ahí no me espera nada bueno.

— ¿Y crees qué aquí si?

— Rōnin, no quiero estar ahí. Soy tu hermana, ya que nunca hiciste nada antes mínimo deberías de cuidarme ahora. —la mirada fría de Raku se entristeció un momento— ¿Vas a echarme? —miró a Rindō que sólo negó con la cabeza, luego a Ran que asintió.

— No, no voy a echarte.

— Ven, te voy a mostrar tu cuarto. —le sonrió Ran quitándole la mochila.

— No, no, no. Momento, primero voy a decirte que tendrás reglas.

— Luego se las explicas, Raku debe querer dormir, ¿no, preciosa?

— Gracias, Ran.

Ran y Raku se perdieron entre los pasillos de la casa, mientras le explicaba que con el tiempo remodelarian su cuarto, dejando a los otros dos solos.

— ¿Crees qué es una buena idea? —cuestión Rindō.

— Tal vez... Ella me necesita, no puedo simplemente darle la espalda.