Un Sentimiento Muerto en Un Corazón Roto. ||Draken x OC Female|| Tokyo Revengers

57.- Reencontrarse

— ¡Raku apenas desayunaste! —Kyomi la intentó detener.

— Mamá, quisiera pasar más tiempo contigo, pero en verdad necesito hablar con Take. Sólo él puede ayudarme. —se acercó a darle un beso en la mejilla y luego a su abuela— ¡Estuvo delicioso! ¡Gracias! —cuando salió de casa vio a Takemichi salir corriendo de la suya— ¡Take! ¡Espera! ¡Necesito hablar contigo!

Lo persiguió por toda la ciudad pero Takemichi parecía estar en su propio mundo, no la escuchaba o fingía no hacerlo, tropezó varias veces pero volvía a levantarse y seguía corriendo tan rápido cómo podía.
Después de casi desfallecer por perseguirlo se detuvo en la esquina del Dojo Sano, Takemichi tocó el timbre esperando a qué le abrieran y sin tiempo de verlo llegar un extraño niño lo golpeó.

— ¡No te conozco!, ¡¿pero que es lo que quieres con Mickey?! Dependiendo de lo que respondas voy a golpearte. —Takemichi balbuceó algo que desde ahí no lograba entender— ¡Te lo advertí! ¡Tú buscaste la pelea!

— ¡Oye! —exclamó molesta y volvió a correr hacia ellos— ¡La única persona que puede golpear a Take soy yo!

Con el puño cerrado lo golpeó en la mejilla y de un sólo golpe lo mandó al piso.

— ¡Oye!, ¿qué te pasa?! ¡¿Estás loca?! —el azabache se sobaba la mejilla, al verla quedó embobado— No estás loca, eres... Eres muy bonita y, yo... —balbuceó.

— Blah, blah.

— ¡Ey! ¡Keisuke! ¡No puedes pelear frente a la casa de otras personas! —una niña los señaló desde adentro del dojo— Y tú no deberías de golpearlo. —está vez la señaló a ella.

— Oh, ¿Baji? Keisuke, Emma, ¿qué es lo qué pasa? ¿Por qué están tan ruidosos desde temprano?

— ¿E-Emma? —Raku no estaba segura de que era lo que le ocurría, pero al ver a Emma sintió mucha tristeza, cómo si le acabara de robar algo— ¿Baji Keisuke? —esta vez lo miró bien y le extendió la mano para ayudarlo a levantar, cuando se tocaron sintió ganas de ponerse a llorar.

— Raku, ¿me estás siguiendo desde casa? —Takemichi preguntó desde el piso.

— ¿Tu nombre es Raku? —Aún seguían sin soltarse las manos, de hecho, ni siquiera habían dejado de mirarse. Se sentía inexplicablemente feliz, no entendía porque, pero ver a Baji le llenaba el corazón de alegría. Soltó su mano, comenzaba a ponerse nerviosa— Oye, Haruchiyo, llegas tarde. —otro niño se acercaba al dojo— Te perdiste la pelea.

— ¿Sanzu?

— Raku.

— ¿Se conocen? —una bastante desconcertada Emma los miró.

— No, —respondieron ambos— pero se siente cómo si sí. —terminó Haruchiyo.

— Oye, ¡yo la vi primero!

— ¿Manjiro cuánto tiempo más piensas dormir? —exclamó el joven.

— ¿Verme primero? ¿Qué te hace creer que verme primero te da algún derecho sobre mí? —Baji quedó perplejo ante esa pregunta— Piérdete, galán.

— ¿Soy yo o los cuatro tuvimos un deja vú? —volvió a hablar Emma.

— Esto es demasiado extraño.

— ¿Takemicchy? —otro niño salió del lugar.

— Mickey, ¿me reconociste? —Takemichi se puso de pie y ambos se miraron— ¡Mickey!

— ¡Takemicchy!

Antes de comenzar a correr Raku tomó a Hanagaki de la mochila.

— Oye, Take. Estoy persiguiéndote desde casa, necesito hablar contigo.