Un Sentimiento Muerto en Un Corazón Roto. ||Draken x OC Female|| Tokyo Revengers

54.- La última batalla

- ¡Quédate en tu maldito lugar! -exclamó Raku mientras forcejeaba con Sneju, aunque las dos ya habían sido derrotadas hace un rato, Senju en cuánto se recuperó fue a buscarla- ¡Ya me rendí!

- ¡Debiste ser tú y no Draken! -sollozó- ¡Por tu culpa está muerto! -ambas cayeron al piso y rasguñó su rostro.

- ¡No es cierto! ¡No fue mi culpa! -Raku gritó entre lágrimas- ¡Yo jamás quise que esto pasara! -Senju enterró sus uñas en su cuello y comenzó a ahorcarla, Raku le dió una patada en la entre pierna y la lanzó lejos.

- ¡Tú lo mataste! -la señaló mientras se quejaba por el golpe.

- ¡No es cierto! ¡Yo jamás quise que esto pasara! Yo amaba a Draken, era el amor de mi vida. -sujetó su cabeza y tiró de su propio cabello, sentía cómo sus latidos comenzaban a ir más rápido y cómo si le estuvieran cortando la respiración, otra vez todo comenzaba a teñirse de rojo- ¡Hubiera dado mi vida por la de él!

- ¡Raku! -Mickey la llamó- No dejes que gane con palabras. Si te va a vencer que sea en batalla. -le ordenó.

Raku volvió a mirar a Senju, ya sé había incorporado nuevamente y en sus ojos detonaba la tristeza, en verdad apreciaba a Draken.
Se abalanzó contra ella y siguieron peleando, ya ni siquiera parecía que lo hacían por la Kanto y ToMan, se había convertido en algo personal, es que Raku no era precisamente una persona agradable y no tenía el don de la gente al contrario de Takemichi, Hinata o Emma que a dónde sea que iban a todos les agradaban.

- No puedo creer que Draken echara su vida por el caño por una mujer cómo tú. -ambas jadeaban sobre sus rodillas, Senju limpiaba el sudor de su frente y Raku la sangre que escurría por su nariz- Él tenía toda una vida por delante.

- ¿Por qué no asumes tu culpa? Él se vió envuelto en pandillas otra vez por tu culpa.

- Pero no fue Rokuhara Tandai el responsable de su muerte, tampoco la Kanto, fue tu padre. Por ti es que él está muerto, ¡te dije qué te alejaras de él! Eres egoísta, pero ¿qué puedo esperar de ti? Igarashi Raku, no eres más que un triste cascarón que sólo piensa en sí misma. Por ti Draken está muerto. ¡Eres cómo una maldición! ¡Todo lo que tocas muere! ¡No sólo Draken! Baji-san es mi amigo, también murió. ¡Estás maldita!

- No fue mi culpa, -respondió mirando a la nada, Senju la observaba con atención su mirada palabra tras palabra, segundo tras segundo se iba haciendo más vacía, igual a la de Mickey cuándo mató a South- yo quise alejarlo, pero, jamás me escuchó. Te repito que yo amaba a Ken-chin con mi vida, hubiera dado todo para que él viviera, incluso todo para que Emma viviera y estando ella se alejaran todo lo que pudieran de esta mierda. Pero... No puedo cambiar el destino, no puedo cambiar el pasado, Kei murió hace mucho, Emma también y Draken también. Yo no soy cómo Takemichi, yo no tengo esa oportunidad. -la miró a los ojos y un escalofrío recorrió su cuerpo.

- ¿De qué estás hablando? -retrocedió un par de pasos.

- No soy un héroe, -la señaló- ¿crees qué estoy maldita? ¿Qué todo lo qué toco muere? -se fue acercando de poco en poco a ella- Pues no debiste acercarte a mí. -Raku corrió hacía ella y estando lo suficientemente cerca brincó estampado ambos pies en su cara mándandola directamente al piso. Se sentó encima de ella y la tomó de la mano. Escuchó su muñeca crujir y pensó que iba a desmayarse del dolor, luego ocurrió lo mismo con la otra mano. Había roto sus articulaciones- Tal vez tienes razón. Todo lo que tocó muere, pero todas las personas que he amado viven dentro de mí. Este truco me lo enseñó Rindō, -se puso de pie mientras Senju se seguía retorciendo del dolor, había una vara de metal oxidado tirada y la tomó, entonces regresó a ella. Senju ya estaba sentada intentando ponerse de pie, Raku la golpeó en la cabeza- Y a pelear sucio me lo enseñó mi hermano, ¿sabes qué me enseñó Baji? A terminar mi pelea. -volvió a golpearla una y otra vez- Y Draken a defender mis ideales, ¿y sabes cuál es mi ideal hoy? Hacer ganar a Mickey. Y tú nos estorbas. -siguió golpeándola hasta que perdió la conciencia, aún así no se detuvo.

- ¡Raku tienes qué detenerte! -Hinata y Yuzuha corrieron hasta llegar a ella.

- ¡Ya fue demasiado!

- Ustedes. -volvió en sí y miró a Senju- ¿Qué mierda hacen aquí?

- Vinimos a detenerte. Raku, no quiero perderte. -pidió Hinata y sus ojos comenzaron a cristalizarse- Tú no eres esto. -señaló a Senju- Raku, tú no eres una asesina.

- Miyagō Raku no es una asesina.

- Tal vez papá tenia razón. -hizo un puchero- Me convertí en una digna hija suya, Igarashi Raku, hija de El Monstruo de la Costa. Mi abuelo, cuando se enteró de que fui yo quién le disparó a Rōnin pensó que era un monstruo. -Yuzuha corrió hasta ella aprovechando que estaba distraía y le quitó la vara, Hinata se acercó a Senju para asegurarse de que estaba bien. Su piel se erizó y luego miró a sus amigas- Está muerta, ¿verdad? -Hinata apretó los labios y la miró aterrorizada- ¿Sabes quién mató a Ozanai y a Kiyomazu? -Yuzuha se alejó de ella y obligó a Hinata a levantarse- ¿Saben quién mató a mi padre? -soltó una carcajada mirando a la nada tirando de su cabello y golpeándose con la palmas la cabeza- Miyagō Raku ya no existe.

- Raku, no. Por favor, no. -suplicó Yuzuha.

- Cuando me veo al espejo sólo veo los ojos de mi padre. Yo soy Igarashi Raku, La Emperatriz de Roppongi, El Monstruo de Shibuya. -volvió a mirarlas- ¿Por qué vinieron?

- Escuché a mi hermano hablar con Mitsuya. Taiju estará aquí.

- Queríamos ayudarte. -el ruido de un tren en marcha llamó la atención de las tres.

- La única forma de ayudarme es matándome. Váyanse de aquí, este no es lugar para ustedes. -dio la vuelta y caminó hasta la vías del tren, Ran quién miraba a la lejanía entendió lo que pretendía cuándo tomó asiento en las vías.

- Así que en verdad pretendes dejarme sólo. -dijo a sus espaldas.

⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️
ÚLTIMOS CAPÍTULOS.
NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR PARA QUE LA APP NO NOS BORRE LA HISTORIA.