29.- La vida y la muerte

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- ¿Ya vas a decirme a qué viene esto? -el mesero dejó la carta en la mesa para que ambos ordenaran.

- ¿No puedo invitar al amor de mi vida a cenar?

- Sí, pero que lo hagas aquí es muy extraño. -ambos tomaron las cartas para ver que pedir.

- ¿Lo recuerdas? -soltó una risita- Fue aquí mismo dónde mi abuelo, que en paz descanse, te ofreció unirte a la empresa.

- ¿Cómo olvidarlo? Llevabas un kimono rosado y los dos estábamos nerviosos. -bajó la carta y tomó su mano- Le dije que mi meta en la vida era casarme contigo, que vergüenza, aunque sí lo era.

- Pero se refería a lo laboral.

- Sí, dijo que aquí ocurrían cosas importantes, precisamente por eso es que me parece extraño que me traigas aquí.

- Bla, bla. ¿Qué te dijo Take?

- Que se mantendría al margen, no volverá a buscarlo. -suspiró aliviada, ahora solo faltaría poner en su lugar a su padre.

El mismo mesero regresó a tomar la orden, Ken frunció el ceño ante la petición de Raku, no quería comida picante y de entrada ya estaba pidiendo un dorayaki, también pidió una botella de sake tradicional que a ella no le encantaba pero a él sí, y un jugo de frutos rojos. Nada usual en ella.
Pasaron un rato comiendo y haciendo chistes, afortunadamente Raku conoció al anterior dueño y también al hijo, de no ser así probablemente ya los habrían echado por el ruido que estaban haciendo.
Era sorprendente cómo los años pasaban y pasaban, pero ellos seguían amándose igual o más de lo que ya ño hacían. Aún parecían un par de adolescentes enamorados, que tonterías y se demostraban su amor siempre que podían.

- Ya basta de tantas risas. -tomó la botella y le sirvió un vaso- Vamos a brindar.

- Sabía que había algo, ya dime que es.

- Adivina. -sonrió mostrando todos sus dientes.

- ¿Firmaste ya con los extranjeros? -preguntó entusiasmado- ¿Qué no faltaba aún un mes?

- Es algo mejor. -sacó un sobre de la cartera y se lo entregó- Espero te ilusione tanto como a mí.

- Andas muy misteriosa, Raku. -tomó el sobre y comenzó a abrirlo- Me gusta.

Sacó el papel de ahí y comenzó a leerlo, repitió la lectura, dos y tres veces.
Una gran sonrisa se fue formando en su rostro y sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad.

- Voy a ser papá. -dijo con la expresión más alegre que había visto en su vida- Vas a ser mamá. ¡Seremos padres!, ¿desde cuándo lo sabes?

- Hoy en la mañana. -Ken se puso de pie y se arrodilló frente a ella acariciando su vientre y besando sus manos.

- Gracias por hacerme tan feliz, por hacerme el hombre más dichado de Tokyo, de Japón, de todo el mundo. -nuevamente besó sus manos- Gracias, gracias, gracias.

- Gracias a ti por hacerme feliz desde que nos conocimos. Gracias por todo, y te prometo que este es otro paso más para nosotros.

- Y voy a seguir haciéndote feliz hasta que me muera. -antes de regresar a su lugar la besó como nunca.

- ¡Felicidades! -un hombre de cabello rosado arrastró una silla a su mesa y se sentó.

- ¿Quién eres? -el azabache lo examinó con la mirada- ¿Sanzu?

- Sanzu, vete. Ya hablé con Takemichi y con Draken, nos prometió que estaría lejos, vete.

- No cumplió, hoy fue a visitarnos. -sus pupilas estaban dilatadas y sus ojos viajaban de un lado a otro- Eso significa que tú tampoco cumpliste. -la jaló del cabello y se acercó más a ella- Ni se te ocurra. -Draken apenas y movió su mano pero el pelirrosa le apuntó con la pistola- También te mencionó a ti. ¿Qué le dijiste?

Un Sentimiento Muerto en Un Corazón Roto. ||Draken x OC Female|| Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora