Un Sentimiento Muerto en Un Corazón Roto. ||Draken x OC Female|| Tokyo Revengers

18.- Regresar

Pasó la madrugada llorando y maldiciéndose a sí misma una y otra vez. ¿Por qué dejó escapar a Baji?, ¿por qué no lo cuidó? Fueron las preguntas que le atormentaron toda la noche, pero Keisuke se lo dijó en esas hojas. Que no perdiera el tiempo, así que cuando estuvo lo suficientemente tranquila cómo para volver lo hizo, por fin había llegado a Shibuya.
Seguía sin estar del todo cuerda, pero al menos podía distinguir el bien del mal y sabía que Draken no era malo, que no había matado a Baji y que ella en cambio había sido la más estúpida de todas en haberlo acusado de tal cosa.
Rezaba frente a la tumba de su madre, había flores y estaba limpia, intentaba aclarar sus pensamientos y despejar toda esa niebla que Rōnin y Kisaki se habían encargado de poner ahí.

- Conocí a alguien, era bueno, cómo tú. Su nombre es Baji Keisuke pero tristemente la vida me lo arrebató mucho más fácil de lo que me lo dió, sé que está contigo, que ambos me cuidan desde dónde sea que estén. Y así cómo él aclaró mis dudas, sé que tú también lo harás... Madre perdóname por lo que quiero hacer, por lo qué haré: voy a matar a Ronin. Aún no encuentro el valor porque a pesar de todo, lo quiero, es mi hermano. Pero voy a hacerlo, algún día, no ha hecho más que manipularme y lamerle los pies a Rindō-kun. Ran, a pesar de todo él, él es bueno pero si me quedo a su lado... Me espera un futuro vacío igual que el tuyo. -suspiró amargamente y continuó- Voy a pedirle disculpas a los abuelos, espero me acepten de vuelta.

Dispuesta a salir comenzó a caminar lejos de ahí con la capucha puesta, pero algo la frenó en seco. Detrás de ella, frente a la tumba de su madre estaba Rōnin, llevaba un pantalón y camiseta sucios, una cubeta de agua y un pañuelo, así que había sido él quién limpió la lápida.

- Si esa tarde hubiera llegado antes... Si me hubiera quedado con ustedes hoy no estaría aquí, no tendríamos estos problemas. Pero tú lo decías, el hubiera no existe. Aunque eso no cambia lo que creo y siento, papá fue un imbécil, siempre lo fue y tú lo querías tanto. Debí cuidar de Raku cuando partiste, llevarla conmigo, Ran-san la quiere ¿sabes? Tenías razón, la quiere y si ella le pidiera el poder sobre Roppongi, él se lo daría. Hice todo mal, su novio está muerto por mi culpa y... -escuchó algo que hace mucho creyó imposible, estaba llorando- Raku quiere matarme, me quiere ver muerto. Lo sé, lo sé cuando me mira, cuando me habla, aunque no lo diga se que quiere matarme y el día en que ella se decida a hacerlo, yo no pondré resistencia. -llevó ambas manos a la boca ahogando sus lamentos- Es la mitad buena de mí. Espero que hoy me cubras con tu manto, vamos a pelear y no sé si saldré vivo. Ahí estará un tipejo que la quiere, les arrebate la oportunidad de estar juntos.

Nuevamente salió del cementerio, si se quedaba un instante más terminaría por soltarse a llorar y perdonar a su hermano. Se puso el casco a tiempo o Takemichi y Chifuyu la hubieran visto y no quería darle explicaciones a nadie que no fuera Hinata antes de Draken.

Condujo a toda velocidad hasta llegar al departamento donde su familia vivía, como siempre fue bien recibida por la mamá de Hinata y Naoto. La pelirrosa estaba en su habitación y saltó de la emoción al verla, aún más cuando le dijo que esta vez había regresado para quedarse. Cuchichearon un rato hasta que recibieron una llamada, dejó pálida, sin alma a Hinata.

- Emma murió. -sollozó- ¿Puedes llevarme?

- ¿Murió? -preguntó aún en shock- ¿Qué? ¿Qué ocurrió?

- No lo sé, Draken-kun me llamó.

- ¿Draken?

Hinata se abalanzó sobre ella para abrazarla y soltarse en llanto. Ambas lo hicieron, intentando calmarse una a la otra intentado decifrar que había pasado.

- Tú jamás vas a dejarme. ¿Verdad? Siempre serás mi mejor amiga, siempre estaremos juntas.

- No hace falta recordarlo.