EPÍLOGO

82 11 1
                                    

- ¿Ken? -murmurar adormilada y palmea detrás de ella- ¿Ken? Ken. -despierta de golpe, con el corazón latiendo a mil por hora y sudando. Sus pesadillas eran las mismas, y aunque ya no eran frecuentes como cuando era una adolescente cuando las tiene se sienten macabras. La más aterradora es ver que Draken no está a su lado, cómo justo ahora.

Envuelta en bata se puso pantuflas para ir a buscarlo, el simple hecho de saber que no estaba a su lado la preocupaba.
En la habitación de a lado la puerta estaba entre abierta, y ahí lo encontró sentado en un sillón mecedor, con una gran cobija encima y aferrado a la bebé en sus brazos.
Apenas y quiso entrar escuchó un sollozo de la otra habitación, sin pensarlo corrió a ver que ocurría.

- Cariño, tranquilo. Aquí estoy, soy mamá. -dijo mientras envolvía al pequeño Kenshin en un abrazo.

- Tuve una pesadilla. -sollozó mientras se aferraba a la cintura de su madre- Había un monstruo y salía del mar, el monstruo de la Costa se llevaba a papá y a ti. -sollozó- Y yo no podía hacer nada.

- Kenshin, sólo fue una pesadilla. -besó su frente- ¿Quieres dormir con nosotros?

- No, tengo que ser un hermano mayor fuerte, ya tengo nueve años, mamá.

- Entonces me quedaré aquí hasta que te quedes dormido, ¿bien?

- ¿Y me cuentas una de esas aventuras que tenías con papá y su grupo de motociclistas?

- Mejor te voy a contar cómo papá derrotó "al monstruo de la costa". -Raku no hablaba de su terrible pasado con su hijo, aunque a veces preguntaba del porqué de sus cicatrices o cómo es que ellos se habían conocido, pero últimamente tenía pesadillas con monstruos marinos, Kyomi le dijo que seguro era por la película que habían visto el otro día, pero Raku necesitaba arrancarle ese temor- Y es una historia verdadera, pero primero quiero comenzar con que... Ése monstruo ya no existe. Fue derrotado hace muchos años...

Raku comenzó a narrar su propia historia convertida en una princesa que Ken había salvado de un malvado monstruo, todo a una historia apta para un niño de esa edad, cuando Kenshin se quedó dormido salió de su cama. Volvió a abrazarlo y dejó un beso en su frente, cada que lo veía el estómago se le llenaba de mariposas y ternura, era tener un Draken chiquito.
Salió de la habitación volviendo al oscuro pasillo, cerró la puerta y al girar pegó un brinco.

- Creí que estabas dormido. -le soltó una palmadita en el pecho- Me asustaste.

- Los escuché y vine a ver cómo estaban, esa historia que le contaste fue buena pero eres una mentirosa.

- ¿Y qué le decía? ¿Qué mi papá no tenía piernas con aletas y en realidad era un drogadicto mafioso? -atravesó el pasillo mirando una última vez a su bebé de seis meses dormida ahora en su cuna.

- Me refiero a quién salvó a quién. -la abrazó por la cintura y caminaron de vuelta a la habitación- Yo creo que tú me salvaste a mí. Sin ti yo sería un vago.

- Claro que no. -bufó- Tú de todas formas tendrías una buena vida. -dejaron sus batas en el perchero y corrieron de vuelta a la cama, se tapó hasta el cuello, muriendo de frío- Te hubieras casado con Emma, de todas formas trabajarías con Manjiro, y serías padre. En cambio yo.

- Te hubieras casado con Baji, y seguramente tendrían hijos a montones. Y si no, con Ran, viajando por el mundo y viviendo una vida de fiesta. -rodó los ojos- Absurdo.

- ¿Estás celoso? -preguntó divertida. Ken, apagó la linterna de su lado y le dio la espalda- Oye, ¿ahora qué dije? -rió- Bien, ¿Reikko lloró?

- Me desperté a darle un biberón.

- ¿Y por qué no me despertaste?

- Porque hace mucho frío y no te quería levantar. -Raku pasó sus brazos sobre él y dejó un beso en su hombro.

- Eres el mejor.

- Es qué cuando imagino situaciones hipotéticas de ti con otra persona me enojo. -confesó- Pensar en todas esas tristes realidades dónde no acabamos juntos me pudre. -dio la vuelta y la abrazó, cosa que agradeció, en verdad hacía frío. Acarició su cabello y el tatuaje de dragón.

- Pero acabamos juntos, ¿no? -besó su mejilla, luego la otra, luego su frente y luego su nariz. Luego bajó por su oreja hasta llegar a su cuello- ¿Le pusiste seguro a la habitación?

- Raku... No me cambies el tema. -Ella rió, definitivamente él era el cursi en la relación- Esos otros tiempos... ¿Son otras dimensiones?

- No sé, supongo que sí. No estoy segura de cómo funcionan los viajes en el tiempo.

- Es una pena que en todos esos planos no estemos juntos.

- Nunca dejes de buscarme. Incluso, si reencarnamos, sea cómo sea, nunca dejes de buscarme. Nunca dejes de intentarlo.

- Siempre te voy a encontrar. -la besó con dulzura aferrándola más a él- Te amo. Y sí, le puse seguro a la puerta. -dijo en medio del beso.

- Sólo tú rompes el romanticismo de esta forma. -se subió en él sin quitarse las cobijas- Te amo, aunque, a veces, eres un idiota.

- Pero soy tu idiota. -levantó la mano izquierda enseñando los anillos que unían sus vidas.

*******
AGRADECIMIENTOS Y PENSAMIENTOS FINALES.

Estoy más aferrada a esta historia que a mi ex, y miren que eso ya es mucho.

Me tomó un año y siete meses terminar esta historia, y uf, soy un mar de emociones ahora mismo.
No puedo explicar lo mucho que me está costando dejar esto porque es por mucho, mi fanfic favorito, me estresé un montón y amé a cada uno de los personajes.
Quiero agradecer a todas y cada una de ustedes por quedarse hasta este punto y sumarse en el camino, la historia la seguirán encontrando aquí. No nos saquen de su biblioteca, aún hay detalles que aclarar.

Y por cierto, muy pronto podrán encontrar otro fanfic de Draken en mi perfil.

¡Gracias por llegar hasta aquí!

-Siempre suya, TheGrimes27.

Un Sentimiento Muerto en Un Corazón Roto. ||Draken x OC Female|| Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora