(El Shochu es la bebida
más fuerte y popular de Japón).
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(Doce años después)En los pulcros pasillos del palacio Luang, caminaba en silencio el nuevo Rey, Takeshi Luang. Este Rey de tan solo veinte años de edad, es alto, apuesto, inteligente, educado y muy diligente. Sus trajes son blancos, negros y su capa tan azul como sus ojos. Este Rey tiene una gran habilidad para el esgrima, sus movimientos rápidos y agilidad se asemejan a la de un asesino. Ninguno de sus guardas pueden contra él aunque reúnan fuerzas.
Después de la tragedia de hace doce años, Takeshi creció reservando aquel sentimiento, la ira y el dolor lo motivaban a seguir con su rutina hasta cumplir los dieciséis años, donde allí se proclamó su coronación como el nuevo y mas joven Rey que ha tenido el reino Luang. La muchedumbre al inicio tenía dudas, era muy joven, pero lo que ellos no sabían es que él no es para nada inexperto.
Takeshi trataba al pueblo tal como lo hacía su padre, atendiendo sus necesidades y escuchando sus casos legales, los trataba de forma justa con una sonrisa, aunque esa amabilidad y compasión podría convertirse fácilmente en alguien cruel, exigente y opresor.
A los dieciocho años, Takeshi contrajo matrimonio con la princesa ahora reina, Nadia. Ese era el momento mas esperado por ambos, sobre todo por Nadia. Fue tan hermoso que incluso Takeshi admitió que mas por conveniencia estaba tan feliz porque realmente amaba a Nadia. Le gustaba su forma divertida y madura de ser, su amabilidad, autocontrol y fuerza, su belleza embelazadora y su hermosa figura, también apreció y guardó todos y cada una de las cartas y regalos que ella le hacía para apoyarlo en su pérdida.
La ceremonia fue hermosa, con decoración de flores y cristales para hacer honor a Nadia. Obviamente los familiares y otros Manna se encontraban allí, todos menos los de Takeshi. Y al final, la ceremonia terminó con un beso público sellando su pacto de alianza con el Reino Manna y, con besos y caricias en privado sellaron su amor mutuo. Y actualmente siguen llevando dos años de casados manteniendo la llama de pasión y responsabilidad como la primera vez.
En los impecables pasillos del palacio Luang, Hikaru seguía dócilmente a Takeshi mientras hablaba y se quejaba de todo.
Este chico después de tener una infancia difícil pudo llegar a sus veintidos años como alguien decidido, fuerte, valiente, carismáticos y muy leal. Se volvió el mejor arquero del reino, sin dudar le decían que era el mejor del mundo, su puntería era perfecta, su vista encajaba como anillo al dedo y, además, recibió el arco de los Mannas, un arco de energía infinita donde no necesitaba usar flechas comunes porque el propio arco creaba las flechas de aire comprimido y cortante.
Hikaru logró superar su pasado ayudando y apoyando a Takeshi con el suyo, por lo cual, ese gesto lo convirtió en alguien muy apreciado para Takeshi y no le daba vergüenza admitirlo.
—¡Venga Takeshi! Sabes que soy mejor que tus consejeros.—se quejaba abiertamente. Aunque lamentablemente, solo puede llamarlo así cuando están a solas.
—Lo sé lo sé. Pero están allí por mi padre. Aunque no sé por qué él confiaba en ellos... me dan mala espina, creen que pueden manipularme con sus mentiras, sus estrellas, el cosmo y no sé que mas.—respondió sinceramente, demostrando que así son sus conversaciones habituales, como dos amigos en vez de un asistente a su Rey.
—¡Su majestad! Al fin te encontré. Tengo un mensaje de alguien anónimo. Dijo que tu sabrías quién sería al instante.—comentó Kattie mientras se paraba firmemente ante él.
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Luang. De Lord a plebeyo.
Adventure¿Conoces la traición? Puede que sí, ¿pero conoces la verdadera traición? Una traición que va más allá de lo emocional o simple rechazo. Takeshi experimento tal traición de parte de su pueblo, quien a pesar de su diligencia, exigencia y esfuerzo para...