27. Una pequeña visita.

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La sonata resuena en todo el mundo, por ende, los aventureros la escucharon mientras dormían a la luz de una fogata en el bosque. Sin embargo, Takeshi solo se veía preocupado por lo que pudiese pasarle a Nadia. Pero a sabiendas de su incapacidad de regresar en ese momento, confió en que estaría bien.

Con el tema del secuestro resuelto, emprendieron hacia la ruta que Evangeline había dicho inicialmente. Eva podía sentir su corazón en el río, así que los guió sin pérdidas hasta ese lugar aunque se tardaron dos días de caminata.

—¡Al fin, agua!—expresó Kattie, corrió rápidamente al río y comenzó a beber, Takeshi y Hikaru hicieron lo mismo.

«¿Debería decirles que técnicamente beben de mí y que puedo sentir sensaciones de lo que le hagan a las aguas de esta zona? Um... Mejor no»—pensó mientras observaba como bebían con satisfacción ya que el agua se les había acabado el día anterior.

El río se encontraba en un hermoso prado, un árbol enorme de cerezo se enriquecía de sus frías aguas y a su vez, los animales disfrutaban de la sombra que el árbol les brindaba.

«Aunque ahora que estoy cerca, siento una anomalía por esta área»—pensó Eva mientras se concentraba para hallarla. Entró al río que le llegaba por las rodillas y revisó el agua mientras el equipo llenaba las cantimploras. Mientras revisaba en una zona un poco mas alejada de ellos pero mas cerca del árbol de cerezos, observó una piedra peculiar y un poco grande. Decidió sujetarla y sintió una extraña textura suave, aun mas intrigada la sacó del agua para revisarla.

—¡¡AAAAAAAAH!!—un grito agudo de parte de Eva.—¡¿que sucede?!—preguntó Takeshi alarmado por tal desgarrador grito.

Eva se volvió lentamente hacia ellos con el objeto aun en mano.—¡una cabeza!— la tiró fuertemente lejos del río.

Con perplejidad se acercaron y la observaron detenidamente. Un rostro masculino completamente pálido por la carencia de sangre en él.

Distraídos observando eso, una sutil y tímida voz femenina los sacó de sus pensamientos al escucharse tras de ellos.—sí, pero no te preocupes, le quité todo lo que podría pudrirse—anonadados los cuatro la miraron al origen de la voz.

Una chica apenas dejaba mostrar su rostro porque se ocultaba detrás del árbol de cerezo. Tenía el cabello largo del mismo tono que las flores del árbol y sus ojos grandes de color marrón. De ella resaltaba mas sus orejas tan largas como la de Evangeline y su voz que aunque era sutil, se escuchaba con total claridad.—esa persona era alguien que quiso ensuciar este río, ¡pero no permitiré que le hagan algo al corazón de mi querida amiga!—la chica salió de su escondite mostrando su cuerpo completo. La mitad de su cuerpo unida al árbol, sus manos convertidas en ramas puntiagudas dispuesta a atacar.

Takeshi, Hikaru y Kattie estaban preparados para atacar al ver que no parecía querer detenerse. Pero Evangeline, quien se había alejado para no luchar, miró fijamente a la contrincante antes de hablar.—¿Flor?—preguntó acercándose a ella sin despegar la vista.

La ira de la chica se aplacó al cruzar sus miradas.—¿Evangeline? ¿eres tu?

—¡¡Flooor!!

—¡¡Evaaa!!

Flor salió de entre las ramas mostrando un cuerpo más humano, flotó rápidamente hacia Eva, la rodeó con sus brazos y ambas quedaron flotando mientras se abrazaban.

Boquiabierta los demás decidieron guardar sus armas y solo mirar como hablaban y cuchicheaban con tanta familiaridad.

—¿Se conocen?—preguntó Takeshi intrigando.

Después de aclararse la garganta, Eva se separó un poco de ella y respondió: —¡Si! Ella es una Ninfa igual que yo, nacimos al mismo tiempo. Se llama Flor.—luego enfocó sus vista en Flor.—ellos son Takeshi, Kattie y Hikaru.

Luang. De Lord a plebeyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora