5. Prisionero y esclavo. p3

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No quería poner parte 3
pero el cap iba a ser
demasiado largo xD


~• ♝ •~                              

Hikaru, nervioso jugueteaba con sus dedos mientras seguía dócilmente al Marqués. Éste lo llevó a lo más alto del palacio y allí explicó: —se que me serás de utilidad por tu gran vista. Pero también te digo que, si te pones en plan de desobedecerme o negarte a hacer algo... pues... cómo lo digo... ¡ah! Sí, sé que tienes una gran relación con esa tal Elizabeth.

—¡No! No le desobedeceré ni me negaré.

El Marqués después de hacer una sonrisa triunfante miró a la lejanía y, sin devolver la vista hacia Hikaru, dijo: —¿puedes ver al soldado que está a la entrada del pueblo?

Hikaru se acercó más y enfocó su vista, las zonas naranjas de sus ojos se ajustaron como lo hace un telescopio. Él podía ver a kilómetros, veía a las personas como si las tuviese al frente. Miró más hacia arriba, al muro, para esa distancia ya no se veían las cosas con tanta claridad, pero si podía distinguir que cosa era qué.

—Veo el muro, pero a este ángulo hay árboles que esconden al guardia.—informó Hikaru mirando al Marqués a los ojos.

—Bien, y entonces... ¿puedes ver al guardia de la torre?

Hikaru nuevamente enfocó su vista, a una esquina estaba la torre mencionada, entrecerró sus ojos para ir mas allá de su capacidad y poder ver con mas claridad hacia dentro, aunque no podía describir físicamente a los que se encontraban allí, si podía ver lo que hacían.

—Los veo. Son tres. Están en sus puestos parece que charlando.

—Eh... estás en lo correcto, son tres soldados los que allí se encuentran. No eres tan inútil como creí. Me serás  de mucha ayuda.

—Señor... qué... ¿qué debo hacer ahora?—preguntó Hikaru forzandose al contacto visual.

El Marqués se colocó a su nivel, con una sonrisa hipócrita y retorcida respondió: —Pues... por ahora no te necesito. Pero por haber sido un niño bueno te dejaré caminar libremente por el palacio. Así que vuelve conmigo antes de la noche.—dicho eso se fue, su túnica se elevaba con su caminar y lo hacía ver aún más malo y cruel.

Hikaru se quedó allí un momento, observando con tristeza a través de la ventana. Veía a los niños jugando y corriendo, a los padres haciendo sus compras en el mercado, y a los animales moviéndose de un lado a otro. En ese instante, su mente se transportó a su hogar, recreando cada detalle con tanta perfección que le parecía estar allí. Una sutil sonrisa se dibujó en su rostro, pero se desvaneció rápidamente al recordar a Mina.

El rostro de Mina reflejaba miedo y preocupación, y desde que se separaron no volvió a verla, sin saber qué habría sido de ella.

Tras un suspiro y conteniendo las lágrimas, decidió salir a caminar. Era la primera vez que experimentaba esa sensación de libertad. Sin embargo, no podía apartar de su mente las palabras del Marqués: "Me serás de mucha ayuda". Sabía que eso no auguraba nada bueno.—:Todo lo que él hace y dice es malo—murmuró el chico con ira.

Caminaba con la mirada fija en el suelo, sumido por completo en sus pensamientos dolorosos y llenos de arrepentimiento, envuelto en un espiral de odio.

—Hikaru Hikaru, oye, qué buen significado para un aguamarino.— comentó una voz burlona. Hikaru giró rápidamente hacia la voz y vio a dos guardias de pie custodiando una puerta.—: Hikaru, significa luminoso ¿no? Parece que no le haces honor a tu nombre. No hay brillo ni vida en ti; eres como un muerto que camina. Tus padres deben estar decepcionados al verte deshonrar tu nombre—dijo uno de los guardias con una sonrisa diabólica.

Luang. De Lord a plebeyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora