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Takeshi y Mayl se miraron fijamente unos segundos ignorando a los demás, como un reencuentro tanto alegre como doloroso, Takeshi se acercó a ella con pasos lentos e inestables, se arrodilló frente a ella quien estaba sentada en la grama con los ojos bien abiertos, las escenas de lo sucedido cruzaban por su mente sin piedad, ocasionándole escalofríos y temblor en su cuerpo, un nudo en su garganta y que las lágrimas se posaran en sus ojos.
Salió de sus pensamientos tormentosos cuando sintió unos brazos firmes rodearla, juntando su cuerpo al de él mientras acaricia lentamente el cabello que caía en su nuca.
—Takeshi...—trataba de no llorar, pero el sollozo era inevitable, colocó sus manos en su pecho, sujetando con fuerza la camisa de él tratando de formular palabras.—Takeshi... yo... yo creía que había muerto, Zephyr... no es humano, nunca había sentido tanto miedo...
Takeshi la shusheó con suavidad, sujetándola con más fuerza.—descuida, estás bien.
—No... no puedo ayudar a Nadia ahora...
—Hiciste lo que pudiste, está bien.—su voz era suave para calmarla, si había cosas que nunca había visto de Mayl, era que expresara su miedo y mostrara sus lágrimas de esa forma, tantas que humedecían su camisa.—estás con nosotros ahora.
—Sí... estoy viva... aquí... con ustedes.
La tarde transcurría con velocidad, Mayl se quedó allí unos segundos abrazándolo con fuerza, asimilando que no tenía ya la herida en su pecho y que había logrado sobrevivir al ataque tan despiadado de Zephyr.
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El momento vulnerable ya había pasado y se disculpó con los demás de ello, suspiró y se recostó del árbol, miró su pecho elevarse por las respiraciones pesadas. Tocaba el lugar donde tenía la herida desconcertada de solo ver la ropa rasgada en esa zona.
—Poco más y me desnudo.—su comentario hizo que Cyrus y Hikaru se dieran cuenta de su estado revelador y giraran la cabeza incómodos. Ella aun tenía puesta la ropa de la taberna que de por sí era un poco corta.—¿cómo fue que.. la herida ya ni es visible?
Takeshi suspiró con una sonrisa de alivio, ya había vuelto a ser ella. Se acercó un poco a medio de ambos y los presentó.—Mayl, ella es Evangeline, una Ninfa del río.
—Un gusto en al fin conocerte.—emitió Evangeline, acercándose a una distancia prudente.
—¿Qué son las Ninfas?—murmuró—, un placer, Evangeline.
—Y él es Cyrus, es quien cerró la herida.
—Un placer... señorita Mayl.—saludó sin mirarla.
Takeshi se quitó su capa, ya estaba bastante dañada pero aún así se la dio a Mayl para que se cubra.—ya puedes verme.—comentó Mayl, y cuando este la miró directo a sus ojos, Mayl con una sonrisa agradecida preguntó.—¿Eres un curandero? Te lo agradezco tanto.
—No... no soy curandero. Soy un custodio de los secretos, pero si sé curar.—sonrió de oreja a oreja.
—Increíble...—susurró. Luego miró que Hikaru ya no tenía la cinta y tenía una ropa más ligera—¿Y tu arco?
—Aquí está—materializó su arco en su mano, luego la miró con una divertida sonrisa mientras ella estaba boquiabierta—, ahora es invisible.
Mayl anonadada miró a Kattie, sin quitar esa expresión miró las dagas en su cintura.—¿Ya no usas tus garras?
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Luang. De Lord a plebeyo.
Adventure¿Conoces la traición? Puede que sí, ¿pero conoces la verdadera traición? Una traición que va más allá de lo emocional o simple rechazo. Takeshi experimento tal traición de parte de su pueblo, quien a pesar de su diligencia, exigencia y esfuerzo para...