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Ja, la primera de tres partes xD
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Al este de Luang, en una pequeña isla apartada por un río, se encontraba una tribu llamada "Aguamar". Esta se caracterizaba por ser una tribu pesquera y pacífica, los residentes de allí son de otra raza de tonalidad morena, ellos tienen la misma singularidad en sus ojos que la de un Halcón (Iris amarilla o naranja) puesto a que al igual que ellos, tienen una vista y reflejos fascinantes. Otra característica es que de nacimiento su cabello nunca cambia de gris, blanco o plateado.
El rey de Luang quiso consolidar un acuerdo entre reino y tribu, por eso se dirigió hacía allá con su hijo mientras le dejaba a cargo momentáneo su Reino al Marqués y su Reina.
El Rey, el Príncipe y los guardias, llegaron hasta el río donde los habitantes extendieron un puente para que puedan cruzar sus caballos. Al entrar, los residentes se postraron rostro a tierra y llevaron al rey junto a su hijo con el jefe de tribu. Sin embargo, con sumo respeto Takeshi pidió ver la tribu y sus costumbres, el Rey le concedió su petición con la condición de ir con un guardia.
Takeshi salió de su presencia con una reverencia hacia ambos y acompañando de su guardia caminaron por la tribu. Al oeste estaba la entrada y el río que se dividía y rodeaba el sur de la isla, por el norte y este estaba una zona de aguas bajas y luego el mar que conectaba con el rio. Las casas eran pequeñas cabañas de madera de roble, la vegetación que mas abundaba era los arrozales ya que las tierras húmedas no les permiten cultivar ciertos alimentos.
Hacia el mar se encontraban varios muelles y botes pesqueros. Entre la zona de aguas bajas, Takeshi divisó a un chico de aproximadamente nueve años, estaba sin camisa, tenía guantes de cuero y un short de pesca. El chico intentaba pescar trinchando con una lanza, pero no tenía mucho éxito.
Takeshi decidió acercarse a hablarle. Le pareció llamativo hacerlo porque las veces que habla con alguien igual de joven que él, son los hijos de los Condes, Nobles o Marqués y él los considera demasiados arrogantes, mimados y odiosos.
Se acercó al chico y se presentó, el otro con una leve sonrisa y extrañado de que un príncipe se haya dirigido a él, se presentó como Hikaru Yamamoto, nieto del jefe de la tribu. Pero no se postró como los demás y Takeshi tampoco esperaba que lo hiciera.
Takeshi, que permanecía en el muelle, se percató de que los peces se acercaban a los pies descalzos del chico ya que este tenía varias heridas creadas por las rocas.
─¿Sabes que hay una manera mas fácil de pescar?─preguntó Takeshi.
─¿Cañas? No soy tan paciente.─confeso Hikaru mientras intentaba pescar.
─No, me refiero a arcos.─aclaró. Takeshi había leído sobre ellos en un libro, sabe sus cualidades y analizó que sería mejor para ellos.
Hikaru extrañado solo inclinó la cabeza.
─Traeme una vara resistente pero flexible, otra un poco mas pequeña y recta, una cuerda y una liga. Si tienes eso te lo mostraré.
Hikaru, con una sonrisa confusa salió del agua e intrigado corrió a su cabaña para buscar lo que pedía. El chico revisó estantes, suelo, techo hasta que encontró la liga y la cuerda, luego corrió hasta a orillas del rio y allí encontró una vara húmeda y flexible, y otra un poco mas seca. Con esos recursos corrió sin parar hasta el muelle.
─Aquí está...─comentó exhausto.
Takeshi comprobó todos los materiales y comenzó a crear un arco, no sería la gran cosa ya que obviamente no son materiales de buena calidad, pero como algo improvisado funcionará.
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Luang. De Lord a plebeyo.
Aventura¿Conoces la traición? Puede que sí, ¿pero conoces la verdadera traición? Una traición que va más allá de lo emocional o simple rechazo. Takeshi experimento tal traición de parte de su pueblo, quien a pesar de su diligencia, exigencia y esfuerzo para...