El último
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Luego de la alianza con Lilith
En la noche, cuando todos estaban "descansando" aunque realmente no era así, Takeshi y Mayl estaban junto a Lilith y Merk en una habitación apenas iluminada por la luz de las velas en el candelabro.
Por petición de la propia Lilith, Mayl se sentó junto a ella en la cama en posición de indio, mientras que Takeshi y Merk en los sillones. Juntos estaban combinando sus estrategias y conocimiento mientras disfrutaban de un vino.
—Repito que podríamos usar mí ejército para atacar Luang—dijo Lilith mientras mesía el vino en delicados círculos.
—Sí... aunque tendríamos que atacar antes de lo planeado.—Takeshi se puso la mano en el mentón mientras pensaba.
—Es cierto pero, ¿qué más falta para atacar? sin contar la práctica de los soldados.
—Pues...—se llevó la copa a sus labios y dio un trago rápido—la mejora de los soldados es muy importante, pero no podemos dejar pasar la oportunidad de usar tu ejército. Sin embargo, si no estás con ellos ¿vendrán?
Lilith asintió lentamente, se relamió los labios por el vino en sus labios y respondió: —no tenemos opción, una vez suena, un grupo preparado automáticamente va al ataque, en tal caso de que lleguen no se sentirán desubicados si me ven.
—Entonces habría que calcular...
Mayl, que se había quedado en silencio todo en rato bebiendo copa tras copa, decidió aportar a la conversación.
—Pero Eva podría ir y podría transformarse en Lilith y podría estar así hasta que Lilith entre en acción.—sus palabras atropelladas y repetidas por el alcohol formaron un rastro de coherencia e inteligencia.
—Mala idea no es.—afirmó Takeshi.
—¡ESO!—alzó la copa de vino e intentó beberla de un trago, pero Lilith la detuvo al ver su estado de ebriedad.
—No, no, no pequeña.—le sujetó las muñecas y le quitó la copa de las manos, apartándola rápidamente. Mayl, deseando seguir bebiendo, protestó como una niña a la que le quitan un dulce e intentó recuperar la copa. Sin embargo, Lilith apartó sus manos con determinación y, con suavidad, llevó el rostro de Mayl hacia su pecho. Mientras acariciaba y entrelazaba sus dedos en los mechones rojos de su cabello, una sonrisa empática y llena de satisfacción se dibujaba en su rostro.
Forcejeó un poco pero al final cedió por la comodidad, el calor que trasmitía y las copas de más.
—¿Mayl? ¿Lilith?—Inclinó la cabeza confundido, pero Merk en voz baja le aclaró:
—Tiene cierta preferencia con el trato a las mujeres, en el imperio Necro predominan y la mayoría de sus sirvientes son mujeres. Así que tiene favoritismo incluso en la manera de tratarlas, indiferentemente de qué raza sea.
—Eso es lo que mayormente pasa cuando se habla de "una emperatriz". Cleopatra, por ejemplo.
Cuando retomaron la conversación hicieron un reconteo de todo lo obtenido: las armas forjadas por los enanos están casi listas, un ejercito equilibrado en habilidades, Lilith con aproximadamente ocho mil guerreros hacen un total de mil quinientos, más las demás alianzas creadas, aunque no saben exactamente un número en concreto, aproximan un total de diez mil guerreros.
Lilith bostezó cansada dando por concluida la charla. Takeshi sonrió levemente cediendo el paso a la confianza, se levantó, cargó a Mayl que todo el rato estuvo dormida en el pecho de Lilith, y se fue, sientiéndose todavía extrañado de tener a Lilith como una aliada más que como enemiga, dándose cuenta de las absurdas diferencias y las razones tras las acciones.
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Luang. De Lord a plebeyo.
Adventure¿Conoces la traición? Puede que sí, ¿pero conoces la verdadera traición? Una traición que va más allá de lo emocional o simple rechazo. Takeshi experimento tal traición de parte de su pueblo, quien a pesar de su diligencia, exigencia y esfuerzo para...