34. "Regalos".

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—Takeshi, ¿qué hacemos ahora?—preguntó Evangeline con dolor en cada palabra. Se aferraba al brazo de Cyrus con tristeza.

—Lo lamento... yo... fue mí culpa, de seguro me escucharon cuando dije tu nombre.—dijo Cyrus, sintiendo el peso de una culpa no correspondiente.

—No fue tu culpa, Cyrus. Ya nos estaban siguiendo.—respondió Takeshi.

Estaba lloviendo y el equipo se refugiaba debajo de un gran árbol, el frío de la lluvia los invadía y no podían formar una fogata debido a la lluvia ventilada. No era de noche, pero el clima estaba muy frío y nublado, además del suelo fangoso y resbaladizo.

—Sí.. ese tal... ¿cómo se llamaba? Creo que era Cleur... dijo que había regado la información.—comentó Hikaru, estaba montado en la rama más cercana al piso.

—No... no... Si incluso la iglesia nos sigue es por mí culpa, lo siento tanto.—Replicó Cyrus.

—Que dejes de culparte—exigió Takeshi con severidad—, no ha sido tu culpa en lo absoluto.—suspiró y se levantó apretando los puños, su mirada se volvió fría y llena de furia, era innegable que algo había cambiado en él, algo había estado cambiando desde hace un tiempo.

━─━─¿Qué fue lo que pasó?─━─━

Cuando Cyrus aceptó la propuesta, le comentó a todos que la iglesia de Ares era un gran problema para él y que por eso nunca se había dispuesto a salir de esa isla, luego de eso, les dijo lo que era capaz de hacer y su objetivo al unirse. Nadie tuvo problemas con su convicción ni su motivación.

Pero algo inesperado pasó cuando se disponían a irse. El pueblo se alzó y como gobernante de ellos, un sacerdote de la iglesia de Ares.

—Así que los rumores eran ciertos—dijo el hombre. Un anciano de túnicas y collares largos—: el exiliado pecador y un demonio.—refiriéndose a Takeshi y Cyrus.

—No soy un demonio.—defendió Cyrus.

—Mi asunto no le incumbe a la iglesia.—debatió Takeshi.

—Alguien que tiene control de varios símbolos es un demonio que quiere compararse a un Dios. Y en cuanto a ti—señalando a Takeshi—, un extorsionador y cruel con su anterior pueblo, pero incumples con el mandato divino en cuanto a las demás especies.

—Usar a los demás de esclavo no es mandato divino.—frunció el ceño.

—¡¡Son demonios!! ¡¡¡Acábenlos!!!—gritó el pueblo.

Aquel pacífico lugar se volvió en contra de ellos, movidos por las palabras engañosas de Cleur, combinado con una investigación que hacía la iglesia contra el supuesto demonio que habitada esa pacífica tierra.

La ira del pueblo era claramente injustificada, ignoraban el hecho de que Cyrus había habitado aquel lugar durante mucho tiempo sin ocasionar algún tipo de problema y que Takeshi pretendía irse sin crear escándalos, pero los rumores mal intencionados crearon discordia y el pueblo comenzó a pensar que Takeshi había tenido algún plan y que Cyrus siempre les pareció sospechoso e intrigante.

Las miradas eran intensas y sus crueles corazones solo apoyaban la idea de que sean ejecutados públicamente.

—Nuestro dios: Ares, condena a muerte sus obras, está escrito—alzaron sus brazos en alabanza al cielo—. No hay lugar donde ustedes puedan escapar, nuestra iglesia está en todas partes y los adeptos están conscientes de sus mentiras.

Estaban rodeados, sus palabras iban en serio.

Hikaru se quitó el vendaje y frunció el ceño al ver la multitud. Cyrus apretaba los puños con fuerza tratando de controlar su furia. Kattie se mantenía serena al tanto de cualquier movimiento en falso y Evangeline se mantenía al lado de Cyrus con las cejas hundidas por el desánimo.

Luang. De Lord a plebeyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora