Luang. De Lord a plebeyo.

.Extras.

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Meses antes de la llegada de Lilith

(En la noche del mismo día de su instrucción).

Todo el equipo estaba reunido en una habitación, Takeshi con su espada en mano trataba de descubrir qué pasó mientras intentaba llegar a algo coherente con ellos.

—¿Será que actúa dependiendo de tus sentimientos?—comentó Kattie tocándola con su dedo.

—No lo sé, muchas veces actúa extraño.—respondió Takeshi.

—¿Me permites inspeccionarla esta noche?

Takeshi asintió y se la entregó. Mientras todos aprovechaban las camas cómodas y la estancia segura para dormir realmente bien luego de tres años, Cyrus se quedó despierto inspeccionando de mango a punta la espada, notando que en sus manos la espada ni brillo tenía, como una espada con acero desgastado.

—Mmmm esta cosa está muerta... aunque tal vez pueda estimularlo con algo.—rebuscó entre sus cosas almacenadas.

Varias horas pasaron mientras él revisaba la espada, tratando de llegar a una conclusión entre tantas conjeturas, y ahora que falta tan solo un par de horas para que amanezca, sacó de su bastón una poción grande de líquido transparente como el agua, y la sostuvo entre sus dedos mientras sonreía por sus recuerdos.

—Recuerdo cuántas monedas me hizo ganar esta poción una vez la cree... jejeje tan solicitada por hombres, cortesanas y concubinas.... ¿cuánto estaría dispuesta a pagar Mayl por esto?—negó con la cabeza—, si me descuido seguro y lo usa en mi bebida también, mejor no.

Suspiró exhausto y miró la espada con cierta malicia—aunque no creo que sirva en objetos... tu eres el alma convertida en arma.—virtió la sustancia en el vaceo, pero cuando apenas cayó una gota, ésta brillo descontroladamente, repeliendo a Cyrus con cadenas gruesas, sujetando su cuerpo manos y piernas de la pared, inmovilizándolo por completo.

Cyrus miró a ambos lados, luego a la espada y sus cadenas salientes, intentó escapar forcejeando pero fue inútil.

—Em... ¿ayuda?

—¿Cómo voy a explicar que me venció una espada sin guerrero?

(Dos horas después)

—¿Cyrus?—Takeshi estaba de pie en la puerta, mirándolo fijamente.

—¿Takeshi?—curvó las cejas e hizo una sonrisa extraña—no sé cómo explicarte lo que pasó.

—Pero realmente necesito saber.—cerró la puerta tras de él y agarró su espada clavada al suelo, al tacto, ella quitó de inmediato todas las cadenas y volvió a la normalidad.

Cyrus se levantó y estiró su cuerpo, cansado de haber estado en la misma situación por horas.

—Lo único que te puedo decir es que—tomó aire—: como dijo Kattie reacciona a tus emociones, pero no solo eso, también en base a tus deseos y necesidades. Aunque no te puedo asegurar fielmente mis palabras y te sugiero que practiques en base a lo que te dije.

—Me tocará hacerlo, pero en un lugar donde no haya nadie.

—Sí, sí, en fin, aleja esa cosa de mí; vete con ella y no me molesten hasta el medio día.—se acostó en la cama boca abajo y lo despidió con la mano.

—Descansa y muchas gracias, te recompensaré las molestias luego.

Así Takeshi fue a practicar durante varios días bajo la conclusión de Cyrus, que resultó ser correcta.