Takeshi y Cyrus se disponían a salir de allí e ir a la playa donde se llevan acabo eventos debido a la sinfonía. Sin embargo, al salir, algo parecía estar mal en el ambiente; un ambiente tenso los rodeaba mientras se sentían observados.
Trataban de no parecer que se habían percatado de que alguien los observaba mientras se mantenían cautelosos en cada paso.
—Están atrás, puedo ver su maldad desbordarse.—afirmó Cyrus en voz baja.
—¿Eso es revelar?
—Sí, décimo símbolo de la torre.
—¿Te importaría si corto algunos bambúes?
—No, está bien, yo ni los cuido.
Takeshi sonrió con crueldad y desenvainó su espada haciendo un corte al aire en la dirección que Cyrus le había indicado. Los cúmulos del armas salieron impactando cada uno con los objetos en su camino (el bambú), despedazándolos y revelando quien se ocultaba.
—Demonios—se quejó el perseguidor—, ¡cambio de planes, ataquen!—gritó, y a su orden salieron muchos mas hombres de su escondite, corriendo a ellos con armas en sus manos.
—Vaya, y yo que creía que siendo hombre me salvaría de los acosadores.—dijo Cyrus en un tono burlón mientras alzaba su bastón a ellos, empujándolos con un vendaval.
—¿Quiénes son ustedes?—preguntó Takeshi acercándose un poco a ellos.
Con quejidos de dolor los siete hombres se pusieron de pie, con una mueca de crueldad.—No pensamos que este chico—señalando a Cyrus— tendría poder, y tanto que hicimos para deshacernos de tu sirviente.
—¿Qué..?—apenas y su voz salió, sintió el frío recorriendo su cuerpo agitando su respiración.
—Sí... el que siempre te sigue fielmente, por qué crees que ahora que estás en problemas no está a tu lado. ¿Me recuerdas su nombre?—rió el que estaba a la delantera, mostrando todos sus dientes en una risa burlona, sarcástica, cruel y despiadada.
—Hi...ka..—nombró con su voz apenas siendo un susurro, el frío se había intensificado en su pecho formándose un bucle de ira, la mano con la espada comenzó a temblar debido a la fuerza que aplicaba en su agarre.—mueran...—gruñó mostrando una mirada amenazante y llena de odio que crecía cada segundo. Con velocidad corrió hacia ellos, el contrario atacó con un corte diagonal hacia abajo que Takeshi esquivó direccionando su cuerpo hacia el lado contrario mientras mantenía su cuerpo bajo. Luego apuñaló la espada en la parte de abajo del mentón haciendo que la punta rompiera el cráneo y sobresaliera hacía arriba.
Se mantuvo así unos segundos viendo la sangre deslizarse por sus manos, incapaz de controlar la furia que sentía sacó la espada con brusquedad hacia delante haciendo que el cadáver cayera al suelo. Luego giró su vista hacia a otro de los contrincantes y sin darle oportunidad de defenderse corrió hacia él y le cortó el cuello, ese quedó de pie un momento intentando detener la hemorragia, pero luego cayó inerte.
Takeshi siguió de esa forma con cada uno, permitiendo que la sangre enemiga sea esparcida por los aires y mancharan el suelo e incluso a sí mismo, pero su ira no pudo ser controlada.
«Que mierda...»—pensó Cyrus mientras observaba con los ojos bien abiertos—. Esto es... impactante.—murmulló.
Takeshi incluso había usado la habilidad de la espada para despedazar a uno de ellos exhibiendo todos sus órganos, y para el último que pensaba huir, saltó y le clavó la espada en su corazón mientras caía encima de él.
Ya había acabado con todos y la ira le cedió el paso a la tristeza, apoyándose débilmente de la espada que aún se mantenía clavada en el cuerpo del contrario. Su respiración se volvió entrecortada debido a la tristeza. Finalmente guardó su espada y ocultó su mirada con su cabello, tensando la mandíbula en una manera de recuperar el control.
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Luang. De Lord a plebeyo.
Adventure¿Conoces la traición? Puede que sí, ¿pero conoces la verdadera traición? Una traición que va más allá de lo emocional o simple rechazo. Takeshi experimento tal traición de parte de su pueblo, quien a pesar de su diligencia, exigencia y esfuerzo para...