39. La desunión.

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Este cap va a tener relleno
ya que no hay mucho que hacer mientras viajan y no quiero teletransportarlos de forma tan drástica.

Por ende, el cap será corto.
Pero tiene dato al final.

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La nieve caía delicadamente, cubriendo el suelo y las copas de los árboles de su pulcro blanco, las pisadas eran marcadas en ellas dejando su rastro en ese lugar.

Las bestias habían hibernado y salían a la luz aquellas de climas fríos, pero eran más tranquilas.

—¿Dónde estabas?—le preguntó Kattie a Hikaru, sujetando su frío rostro.

Todos lo miraban esperando una respuesta, notando un poco su estado cansado y extraño.—yo solo... fui a ver a alguien.—desvió la mirada mientras sonreía, la satisfacción de recordar lo sucedido calentaba su sangre en sus mejillas.

La curiosidad de saber, hizo que Cyrus leyera su mente desde la distancia, quedando impactado por la escena que se proyectó. En cambio, Takeshi analizó donde se encontraban y su actitud para deducir lo que había pasado. Pero el resto no tuvo opción más que creerse lo que había dicho.

—Ah.. y... me encontré con Takumi, él me dio este extraño objeto, dijo que cuando lo usara llamaría a Fafnyr, así vendrían en caso de necesitarlos.—mostró el objeto, su textura y figura era como el de una flauta negra con un cordoncillo largo, emergía sonidos tan suaves que el equipo no lo escuchaba con claridad.

—¿Ahora vendrá?—preguntó Eva.

—No creo, dijo que tocara más de una nota.—respondió Hikaru —así que no lo hagamos venir solo como prueba.

—Puedo guardarla en un lugar seguro.—dijo Cyrus, acercándose con precaución hacia él.

Con indiferencia, Hikaru se encogió de hombros y se lo entregó, permitiendo que este lo convirtiera en una pequeña gema que introdujo en su bastón.—Está seguro aquí, y si llego a morir, para liberar todo lo almacenado tienen que romperlo.

Tras el gélido viento, la tormenta comenzaba a empeorar congelando sus poros y dedos hasta volverlos rojos. El equipo se vio obligado a buscar un refugio seguro.

Mientras buscaban sin éxito un refugio, el viento soplaba con fuerza volviendo cada vez más nublado la zona. Sin embargo, Takeshi pudo observar unas pisadas grandes en el piso, se imaginaba que bestia podría ser, pero no podía asegurarlo.

Como única opción para no morir congelados, siguieron las pisadas antes de que la nieve las borrara. Como esperaban, las huellas lo llevaron a una caverna, con cautela se adentraron a ella cuidando cada paso.

La caverna era oscura, pero con una antorcha improvisada pudieron ver el fondo. Allí había una bestia durmiendo, era tres veces el tamaño de un oso, de pelaje blanco y peludo.

—¿¿Qué es eso??—expresó Eva atónita, ocultándose detrás de Cyrus.

La bestia abrió sus ojos en dirección a ellos, pero solo bostezó y se levantó solo para mover sus patas heladas.

—Descuida, no son agresivas, así que no hará nada siempre y cuando no le hagamos nada.—respondió Takeshi y para demostrarlo se acercó a ella. La bestia lo miró y solo cerró los ojos nuevamente.—es un polar, son inofensivos.

Viendo el fuerte viento colarse por la entrada, acogieron ese lugar por una noche, creando una fogata que calentó la estancia, volviéndolo más agradable incluso para la bestia.

Luang. De Lord a plebeyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora