Luang. De Lord a plebeyo.

16. Viajeros perdidos.

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Después de salir de la tribu, el trío siguió el sendero sin saber que le depararía el camino.

Para alegrar el camino y mantener el compañerismo, hablaron de cualquier cosa, aunque no tengan anécdotas distintas y nadie quiere comentar su infancia con detalles, se reían de la cruel ironía de que los cuatro (contando a Mayl) fueron huérfanos desde corta edad. Aunque siempre se mantenían bien atentos a sus alrededores, admiraban con gran interés los lindos paisajes que ninguno había llegado a ver alguna vez.

Al rato, Kattie que estaba a la delantera, avisa que más adelante hay un puente y unas personas allí. Así Hikaru se cubrió los ojos y Takeshi sacó la conclusión de que posiblemente era el puente de Zifkar, un imperio grande conocido por su potencia de ataque y negocios, completamente opuesto a la ley de la convivencia y la paz con otras especies, e incluso dio orden a la caza de estas sin pisar los parámetros de otras aldeas ni reinos.

Los tres se acercaron, a cada paso de distancia la discusión era más audible. Para darse cuenta de que son cuatro aventureros bastante jovenes discutiendo con los encargados de abrir en puente al otro lado del río.

—Déjenos pasar de una vez ¡¿Cuánto tiempo tenemos que esperar?!—Se quejaron con hastio.

—Solo seguimos órdenes del rey.

Con intriga Hikaru se acercó a ellos, y con voz amable preguntó qué sucedía.

—Nos prohíben el acceso no sé... ¿Porque el rey está de mal humor? ¿Porque le provoca?—respondió una chica que parecía ser la más joven del grupo.

Con el ceño fruncido los del otro lado del puente respondieron: —no podemos dejarlos pasar porque el rey no quiere ningún tipo de riesgo de que el prófugo de Luang pise sus tierras.

—¡Pero no somos él, además de que queremos ir a otro lugar que no es Zifkar!—debatieron.

—Pueden ir por la ruta del desierto.—interrumpió Takeshi con voz calmada y apacible—, por allí rodearan todo Zifkar y se envitarán más problemas e inconvenientes.

Los cuatro se vieron las caras por un momento y, como si se hubiesen hablando telepáticamente aceptaron todos, pero la chica se acercó a Kattie y dijo.—: no sabemos por dónde está ese camino. ¿Nos llevan?

Kattie con una sonrisa estaba dispuesta a aceptar, pero controlando sus emociones miró a Takeshi en busca de su opinión. Ella sabía que iba a acceder también ya que planeaban tomar esa misma ruta, pero se sorprendió y preocupó al ver una sonrisa cruel oculta tras su capa.

Takeshi sin quitar esa sonrisa se acercó al puente, ignorando por completo a los jóvenes aventureros. Miró fijamente a los exhaustos y estresados encargados del puente y dijo: —Estos chicos de seguro ya los tienen cansados ¿verdad?

—Llevan días en lo mismo.—respondieron pidiendo clemencia con su mirada.

—Entonces sería bueno que los ayudara a ir por la otra ruta ¿verdad?

—Estaríamos en deuda contigo.

—¡¿Pero por qué estar en deuda?!  Si podrían... ya saben...—Takeshi hizo gestos obvios pidiendo una paga y, apesar de la frustración de ellos, aceptaron con tal de que los dejaran en paz, y sin contar la cantidad le lanzaron una bolsa de monedas.

Aunque la idea de haber sido "comprados" no les agrado a ninguno de los aventureros, decidieron callar al ver la fría y cruel mirada de  Takeshi.

—Bueno chicos, sigamos.—comentó Hikaru con calidez para aligerar la tensión.