42. Feliz cumpleaños

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Había una pasado una semana desde aquel entonces, desde que nos reconciliamos en el baile.

Todo iba de maravilla nuevamente, ambos nos habíamos extrañado mutuamente y se nos notaba completamente a los dos.

—No tenía ni idea de lo bien que Elliot toca la guitarra —comentó Iker sin dejar de observar con atención el videoclip, el cual, ya había superado las diez millones de vistas.

—Sonreí —Lo sé, es súper loco, pero... ahí lo tienes.

Él dejó el móvil a un lado y le dio un sorbo a su malteada de fresa.

Apreté los labios y busqué las palabras adecuadas para preguntarle.

No quería incomodarlo ni nada por el estilo, pero..., realmente necesitaba saber. Después de todo, es mi mejor amigo, es lógico que quiera saber sobre él y ayudarlo.

—Oye —empecé —, respecto a lo del otro día, en el parque de diversiones...

—No quiero hablar de eso —se adelantó en decir, interrumpiéndome.

—¿No crees que es necesario hablarlo?

—No, y mucho menos aquí.

Observé a mi alrededor, confundida.

—¿Por qué aquí no? —pregunté.

—Hay demasiadas personas.

Parpadee y volví a parpadear.

—Iker, no debería avergonzarte el hecho de ser...

—No lo digas —me interrumpió —, no soy... gay.

—Bueno, hay diversas sexualidades, pero...

—Ya basta, Starlie. He dicho que no quiero hablar sobre eso.

Suspiré cuando se levantó de la silla.

—Iker...

Me ignoró completamente y no tardó en dirigirse a la salida. Abrí los ojos de par en par al ver a Jacob llegar, ambos se chocaron e intercambiaron una mirada extraña.

Jacob se acercó a mi mesa con una mueca de confusión e inquietud.

—¿Sabes qué le pasa?

—Nada, solo... intenté hablarle sobre lo de la otra noche, en el parque de diversiones —comenté. Jacob apartó la mirada con algo de vergüenza.

—Iker no ha hablado conmigo desde entonces —contó —. Ni siquiera entiendo cómo es que sucedió.

—¿El qué?

—El beso.

Me quedé en silencio, no supe qué decir.

Quería ayudarlos, pero no sabía cómo.

—¿A ti te gusta él? —pregunté.

Silencio. Jacob se giró a verme, clavó sus ojos en mi.

Al final, asintió.

Forme una fina línea con mis labios y no tarde en abrazarlo. Sé lo difícil que puede ser vivir eso, solo me quedaba apoyarlo.

—Star.

—¿Mhm?

—Me siento raro —admitió, haciéndome reír.

—Supongo que es normal. No debes avergonzarte por lo que sientes.

—Suspiró —Pobre Iker.

—¿Por qué?

—Digamos que sus padres no apoyan demasiado eso de la comunidad LGBT.

10 reglas para no enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora