6. End Game

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—"«No tengo ni idea» le respondió ella con poca emoción, pues se sentía mal consigo misma.
Él la observaba con absoluta"... absoluta... ¡Maldita sea! —exclamo, molesta.

—¡Joder! me asustaste —reprocha Stella a mi par. Ella está acostada en mi cama, yo estoy junto a ella pero sentada frente a mi laptop.

—Lo siento —murmuro con mala gana a la vez que me llevo las manos a la cara.

—¿Te has trabado con un capítulo? —me pregunta.

—Suspiro —Sí. Dime un sinónimo de "desconfianza".

Lo piensa durante unos segundos.

—¿Sospecha?

—¡Eso es! "«Él la observaba con absoluta sospecha. Sus ojos clavados en su nuca»"

Stella se sienta todavía sobre la cama y mira mi laptop una sonrisa.

—¿Sobre qué escribes?

—No estoy del todo segura, simplemente practico y desarrollo algunas ideas que se me vienen a la cabeza.

—Ya veo... ¿Vas bien?

Me encojo de hombros.

—No voy mal, por lo menos.

Ambas reímos y ella vuelve a recostarse.

—¿Qué harás hoy? —pregunta.

Suspiro antes de responder y me acuesto junto a ella.

—Me veré con Elliot.

—¿Por lo de la relación falsa?

—Asiento —¿Y tú? ¿cómo vas con Aegan?

—También nos veremos, pero más tarde —Se muerde el labio inferior —. Es demasiado guapo.

Suelto una risa divertida.

—Si tú lo dices...

Ella se gira a verme con indignación.

—¡Oye!

Me río cuando me golpea la cara con un cojín.
No tardo en arrebatárselo.

—No puedes odiarme por mi opinión —le saco la lengua.

—¡No puedes negar que es muy atractivo!

Hago una mueca de disgusto y ella se ríe a carcajadas.

—¡¡¡STARLIE!!! —oigo un grito que proviene de la sala.

Stella y yo damos un respingo y corremos hacia la sala rápidamente.

—¿Qué sucede? —pregunto. Me encuentro con Ada, quien está sentada en el sofá mientras mira las noticias.

—¡Están hablando de ti!

Boquiabierta, me siento junto a ella y le pongo atención a la televisión.

Al parecer, opinaban sobre lo que podría haber entre Elliot y yo. Enseñaban fotos de nosotros dos juntos y también mostraron imágenes de la noche del cine.

De alguna u otra forma, les llegó el video en el que el niño me interroga sin parar. Comentan sobre que me encontraba "nerviosa".

Realmente no saben absolutamente nada e inventan teorías extrañas.

Si me encontraba nerviosa, era porque el estúpido niño no paraba de grabarme la maldita cara y apuntarme con el flash.

Mi móvil suena, al mirar la pantalla, era un número desconocido.

Frunzo el ceño y atiendo.

—¿Hol...?

—No me lo dijiste —me interrumpen. Noto que es la voz de Elliot y un nerviosísimo se apodera de mí. Y no por lo que me ha dicho, si no por el simple hecho de que sea él.

10 reglas para no enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora