45. Enchanted

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Y, una vez más, Elliot había quedado en el casting. Me alegré muchísimo por él al punto de llorar (ya saben que soy demasiado emocional con ese tipo de cosas).

Elliot, por otro lado, también se encontraba muy feliz. Pero continuaba nervioso. No había cambiado demasiado en estos últimos días.
Supuse que, quizás, tenía que ver con su padre, no quise incomodarlo haciéndole preguntas, por lo que ni siquiera habíamos hablado de eso.

—Entonces, ¿pasar el resto de sus vidas sin maquillarse o pasar el resto de sus vidas con ropa fea? —nos preguntó Ada a Stella y a mí. Me llevé una papa a la boca para ganar tiempo y, así, pensar bien mi respuesta.

—Sin maquillarme —contestó Stella rápidamente —, estás loca si creíste que preferiría ir mal vestida por la vida.

—Sí, supongo que también escojo esa respuesta —murmuré.

—¡Somos iguales las tres! —exclamó Ada a la vez que nos sujetaba de las manos a ambas. Stella y yo soltamos una risa, divertidas.

Hacía semanas que no salíamos las tres juntas, totalmente solas. Ya extrañaba esto, realmente lo necesitaba.

—He oído que Elliot quedó nuevamente en el casting, ¿no es así? —dijo Ada.

—Sonreí —Sí, lo aceptaron bastante rápido, la verdad.

—¡Eso es genial! significa que es realmente bueno en lo que hace —mencionó Stella.

Hubo un minuto de silencio en el que las tres nos dedicamos a comer nuestras comidas.

—¿Saben? he oído muchas quejas respecto a la página de chismes de la universidad —comentó Ada. Stella y yo intercambiamos una mirada.

—¿Qué tipo de quejas? —pregunté.

—¿No lo han visto? han comenzado a publicar chisme sobre personas que ni siquiera son populares. Las mismas protestan diciendo que, supuestamente, son solo rumores lo que dicen de ellas.

—Qué extraño, ¿por qué publicarían rumores? suele ser real lo que publican —murmuró Stella.

—No lo sé, pero me han contado que están comenzando a denunciar la página para que la cierren de una buena vez.

Abrí los ojos con sorpresa, pero disimulé. Estaba funcionando, nuestro plan, estaba teniendo éxito. Más del que creí que tendría.

Apreté los labios con emoción y una pequeña sonrisa se formó en mi rostro. Volví a mirarme con Stella y disimulamos el momento cuando continuamos comiendo.

Había pasado toda la tarde con Stella y Ada y ya me encontraba de regreso.

El día no podía ir mejor, habían aceptado a Elliot, Ada, Stella y yo habíamos vuelto a ser el mismo trío de hace unos meses atrás, el plan iba a la perfección... En mi rostro había una sonrisa de oreja a oreja que, prácticamente, era imposible de borrar.

Llegué a la puerta de mi apartamento y estuve a punto de introducir la llave en la cerradura, pero me lo replanteé mejor y subí un piso más.

Elliot me había contado la noticia por teléfono, no podía dejarlo así.

Llamé a su puerta y tardó unos minutos en abrir. Esperé ansiosamente.

Apenas me encontré con su rostro, salté a sus brazos y él me sostuvo firmemente mientras se reía a carcajadas.

—¿Por qué tan cariñosa, Mentirosa? —preguntó al mismo tiempo que yo le besaba toda la cara.

—¿Cómo que por qué? ¡te han aceptado, una vez más!

10 reglas para no enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora