10 reglas para no enamorarme de ti

8. Delicate

El video de la entrevista está arrasando con las visitas y los likes.

Luego de haber cortado con la transmisión, la
producción cortó pequeñas partes del vivo y lo editaron para así publicarlo en YouTube.
Le está yendo demasiado bien, tanto que me preocupa.

Somos tendencia en Twitter y demás redes sociales. Elliot tuvo una grandiosa idea al haberme rozado la mano durante la transmisión en vivo, ya que ese simple roce provocó revuelo en todas partes.

Y, a decir verdad, el que yo haya confirmado nuestra relación pasada, aumentó los rumores de nuestra relación actual, generando que nos quieran un poco más.

Hoy irán al estudio Stella y Aegan, los entrevistarán y avanzarán con su relación falsa.
Supongo que se les facilitará, ya que ninguno le tiene rencor al otro.

Los conflictos personales que tengo con Elliot hacen que se nos dificulte el mantener la relación falsa, esa es una de las tantas mierdas.

Han pasado dos días desde nuestra entrevista y en tan solo ese tiempo el video ya ha conseguido más de un millón de vistas. Cuando digo que Elliot es famoso, no exagero, realmente lo es.

—¿Y qué más? —me pregunta Stella con nerviosísimo, sin parar de morderse las uñas
con completa ansiedad.

—Bueno... os recomiendo que no gasten sus salteadas de preguntas en estupideces, guárdenlas para preguntar peores. Se los aseguro, si las gastan, luego las necesitarán y se arrepentirán —aconsejo yo, sin dejar de caminar de un lado al otro. Siento la mirada de Elliot clavada en mi, me observa desde mi sofá, sentado con comodidad.

—¿¡«Preguntas peores»!? —repite Stella —, ¡oh, Dios mío! ¡Lo arruinaré!

—Tranquilízate, solo es una entrevista —murmura Aegan con naturalidad.

—¡Es fácil para ti decirlo!, ¿tienes entrevistas cada cuánto...? ¿cuatro veces a la semana? —ironiza ella.

—No es nada del otro mundo, exageras demasiado. Todo estará bien —le asegura él, para luego dedicarle una sonrisa coqueta y pasar su brazo por detrás del cuello de la rubia, provocando que se le escape una sonrisa a esta.

Intercambio una mirada curiosa con Elliot al notar eso.

—No sabía que ya estabais actuando —bromea Elliot.

—Oh, cállate —Aegan le arroja un cojín a la cara y suelto una risa divertida junto a Stella.

Suspiro cuando noto la preocupación de mi amiga. Me siento junto a ella en el sofá.

—Te lo aseguro, no es la gran cosa. Todo te saldrá genial —le digo en un tono de voz algo bajo para que los otros dos no escuchen.

—Ella me sonríe —Está bien. Gracias, Star.

Cierro la puerta cuando ambos salen del apartamento y me quedo un momento en silencio antes de regresar al sofá y sentarme junto a Elliot.

—Piensas lo mismo que yo, ¿no es así? —me pregunta.

Noto que mi rodilla roza con la suya.

—¿Respecto a qué? —lo miro.

—No están actuando, ambos se gustan.

—Sonrío —Creo que es algo obvio.

Silencio.

Tomo aire y me acomodo mejor. Retuerzo mis dedos y muevo mi pierna de arriba a abajo, inquieta.

—¿Por qué estás nerviosa? —me mira, serio.

—Niego con la cabeza —No lo estoy.