—Gracias por dejar que me quede —murmuré estando junto a Ada.
—No es problema. ¿Pasó algo? tienes mala cara.
—Suspiré —Elliot.
—Uy —soltó — ¿qué pasó?
—Nada, solo... discutimos.
—¿Por qué?
—Nada importante, de verdad.
—Anda, puedes decirme.
—Lo sé, pero no quiero hablar de eso ahora.
—De acuerdo...
Me hundí tanto en mis pensamientos que dejé de oír lo que Ada me decía. No paraba de pensar en Elliot, en lo que ocurrió. ¿Realmente lo había provocado? no estaba segura, pero de lo que si estaba completamente segura, era de que él si me había provocado a mi, y bastante.
***
A la mañana siguiente, me despertó la alarma de Ada sonando. Había olvidado por completo que, aunque yo estuviera suspendida, ella aún debía ir a clases.
Tapé mi cabeza con una almohada mientras me quejaba. Cuando la alarma se apagó, miré a mi amiga.
—Soltó una risa —Lo siento.
—¿Por qué te despiertas tan temprano? —bostecé —, apenas entramos a las diez.
—Debo hacer mi rutina de skin care y demás cosas. Tú duerme, puedes irte cuando quieras.
No sé en qué momento pasó, pero me dormí nuevamente.
Volví a despertar a las doce del mediodía, miré mi móvil y solo esperaba tener un mensaje de Elliot, pero no había nada.
Me desperecé, me cambié y le avisé a Ada que me iba, agradeciéndole también por haber permitido que me quedara.
Salí de su casa con mi jersey rojo y unos shorts cortos blancos.
El día estaba soleado. Mientras regresaba a mi casa, respondía unos mensajes que, sorprendentemente, me había dejado Aaron. Quería que nos viéramos más tarde.
De pronto, una llamada entrante... era Elliot. Mi corazón se frenó por completo.
Estaba tan nerviosa...
—Hola... —saludé al atender.
—Hola.
Silencio. Ninguno dijo nada.
—¿Q-qué sucede?
—Lo siento.
Dejé de caminar por un instante.
—¿Lo sientes? ¿por qué?
—Por haberte llamado "fea" y por todo lo demás.
—Oh, eso... Sí, no te preocupes.
—No eres fea, creo que lo sabes.
Deja de sonreír.
—Sí, creo que lo sé. Yo también siento haberte dicho todas esas cosas.
—Suspiró —Bueno, algunas eran ciertas.
—Entonces... ¿estamos bien? —pregunté.
—Ajá.
—Sonreí —Genial.
Hubo un minuto de silencio.
—¿Ya conseguiste un cerrajero?
—No —admití —. Me he quedado en la casa de Ada.
—Resopló —Vale, me duele decir esto pero... puedes quedarte hoy si quieres.
ESTÁS LEYENDO
10 reglas para no enamorarme de ti
عاطفيةStarlie Dickson siempre se esforzó por ser buena amiga. Siempre rompió reglas y cometió errores para ayudar o salvar a sus mejores amigas, incluso si eso le trajera problemas. Y el problema esta vez, fue Elliot Handler. El chico popular, estúpido...