5. Cardigan

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Había visto a Elliot hace dos días y ya lo echaba de menos.

Según lo que oí, ayer tuvo un concierto, donde las cosas no habían salido del todo bien. Una chica intentó subirse al escenario, lo que inspiró a otras a imitar a la anterior.

Fue un caos total y a la salida del mismo, al parecer, las fans descubrieron una puerta de emergencia abierta que conducía a por donde salían Elliot y los demás.

Varios fans se tiraron sobre ellos y el móvil de Elliot ahora estaba roto.

Todo eso lo vi en las noticias, pero lo último lo supe gracias a Iker. Descubrí que ahora se habla con Elliot por chat.

—Deberías estar de mi lado —sentencio yo, molesta.

—¡Y lo estoy! pero Elliot me cae demasiado bien, no puedo no hablar con él.

Iker me observaba angelicalmente.

—Te odio —le aseguro.

—Yo también te quiero, Star —me guiña un ojo —. Que sepas que Elliot ya viene de camino.

Eso me sobresaltó.

—¿¡Qué!? ¿¡va a venir!?

—Y luego dices que lo superaste.

—Claro que lo superé... —me defiendo.

Me quedo mirando el móvil junto a Iker en el sofá, pero Stella se lleva toda mi atención cuando pasa caminando por en frente nuestro, estando demasiado arreglada.

—¿Y tú a dónde vas así? —le pregunto sonriendo.

Se gira a verme mientras intenta ponerse un aro.

—¿Es broma? ¡me preparo para el cine!

Junto el entrecejo, confundida.

—¿Cine?

—Ya me parecía raro que fueras así vestida al cine —me señala Iker —, ¿nadie te dijo?

—¡No! —pronuncio, molesta.

—¡Prepárate ya! la película es en media hora —murmura Stella.

Abrí los ojos como platos y me bajé del sofá de un salto, corriendo hacia mi habitación.

—¡Idiotas, nunca me avisan nada! —protesto desde mi cuarto.

—¡Tú nunca preguntas! —me contraataca Iker.

Ni siquiera sé qué mierda ponerme... ¿formal o no formal? Es solo el cine..... pero estará Elliot.

Buen punto.

Al final, me puse una polera blanca con una falda y unas botas negras. No quiero pasar frío.

Cogí mi bolso y nos subimos al ascensor.

—¿Quién nos lleva? —pregunto mientras retoco mi labial en el espejo del elevador.

—Elliot —me responde Jacob con toda la naturalidad del mundo. Mi estómago da un revuelco al escuchar eso.

Este día no puede ir peor.

Salimos del edificio y nos encontramos el coche de Elliot en la esquina. El mismo de hace un año, se me hace extraño que no lo haya cambiado por uno mejor.

Me quedo inmóvil cuando no sé en dónde sentarme, antes me subía adelante pero porque era su novia, ahora... no lo sé.

Noto que todos se van atrás y abro los ojos de par en par debido a los nervios.

La ventanilla del copiloto desciende y me encuentro con la mirada de Elliot.

—¿Vas a subir o te quedarás ahí parada? —me pregunta.

10 reglas para no enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora