"Can anybody find me somebody to love?" - Somebody To Love (Queen).
•••
4 de noviembre, 1978.
Inevitablemente, la época de exámenes regresó en cuanto Halloween terminó.
Los dos chicos estaban tirados en el suelo de la habitación, con el libro de matemáticas abierto. Agnar, frustrado, y Rigel, perdiendo la paciencia.
-No lo entiendo -murmuró Agnar, apoyando la cabeza sobre sus brazos.
-Te lo he explicado muchas veces -gruñó Rigel.
-Pues sigo sin comprender.
-Dios santo, mira que eres estúpido -puso los ojos en blanco, por lo que el rizado frunció el ceño.
-Demonios, ¿Qué bicho te ha picado?
-¿Y a tí que te importa?
-Está bien, estudiaré en otro sitio -bufó, recogiendo el libro e incorporándose.- Te dejaré solo.
-Mejor. Vete.
Y Agnar abandonó la habitación, cerrando la puerta de golpe.
•••
Tras recorrer los pasillos, llegó a la biblioteca. En ella reinaba el silencio, además de que muchas de las mesas estaban vacías.
Aunque, en cuanto se percató de que Ethan estudiaba en una de ellas, se acercó al rubio y se sentó a su lado.-Hola -susurró Agnar, dejando el libro de matemáticas sobre la mesa.
-Hola, ¿Dónde está Rigel? -preguntó Ethan, manteniendo en todo momento un bajo volumen de voz.
-En la habitación. Pero mejor que se quede allí, hoy está rarísimo.
-Ha discutido con Charlotte -explicó.
-¿Y eso? ¿Cómo lo sabes?
-Ocurrió ayer por la tarde, si no recuerdo mal. Medio orfanato les escuchó -suspiró.- Por si no te habías dado cuenta, son el rey y la reina del drama.
-Ya veo... debe ser complicado tener novia.
Ambos se sumieron en un silencio, durante el cual Agnar aprovechó para ojear su libro, tratando de memorizar las fórmulas.
-¿A tí te gusta alguien? -preguntó sin si quiera mirarle, a lo cual el rubio no respondió.
Agnar levantó la cabeza, y al ver a Ethan con un notorio rubor en sus mejillas, una sonrisa burlona se formó en su rostro.
-¿Eso es que sí? -insistió el rizado.
-¡Cállate, Kelly! Eres insoportable, ¿Sabes? -lloriqueó el contrario, apartando la mirada.
-¡No puedo creerlo! ¿Y cómo se llama la afortunada?
-¡No pienso decírtelo!
La bibliotecaria les mandó callar, pues el volumen de sus voces se había incrementado.
-No la conoces, de todos modos -aclaró el rubio, susurrando nuevamente.
-Tendrás que presentármela, entonces.
-Ni de coña.
Agnar carcajeó, y le mostró su libro al otro chico.
-¿Tú puedes explicarme esto?
-Si es muy fácil -el rubio arqueó una ceja, ojeando la página.
-Ya lo sé -resopló.- Pero no lo entiendo.
-Está bien, pero rápido, ¿eh?
•••
Después de un par de horas en la biblioteca (que se hicieron eternas), Agnar decidió volver al dormitorio, rezando por que Rigel estuviera más calmado.
Una vez allí, abrió la puerta lentamente, preocupado por el humor de su amigo. Sin embargó, arqueó una ceja al encontrar a la pareja besándose.
Charlotte estaba sentada sobre el regazo del pelinegro, quién se separó de ella al escuchar que alguien había entrado a la habitación.-Es la reconciliación -se excusó Rigel, con manchas de pintalabios por todo el rostro.
-Ya veo -balbuceó Agnar, aún junto al marco de la puerta.- Vuelvo en otro momento.
-Es igual, yo ya me iba -se apresuró Charlotte, levantándose, no sin antes revolver el cabello de su novio.- Mañana te veo, cielo.
-Descansa, preciosa.
La chica se marchó, despidiéndose de ambos con un gesto. Acto seguido, el rizado cerró la puerta y se apoyó sobre ella.
-Sí que habéis tardado -dijo, sarcástico.
-No puedo resistirme a sus encantos -sonrió el contrario.
Se estuvieron preparando para dormir y ninguno de los dos volvió a tocar el tema, como en muchas otras ocasiones.
Sin embargo, Agnar se dió cuenta por primera vez de que no era fácil que Rigel pidiera perdón.
Cosa de la que tendría que tomar nota para más adelante.
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★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★
Teen Fiction𝐃𝐞́𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚. 𝐀𝐠𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚𝐥 𝐨𝐫𝐟𝐚𝐧𝐚𝐭𝐨, 𝐦𝐚́𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚. 𝐇𝐚𝐧 𝐦𝐞𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́. 𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐧𝐢...