XLV. Lᴀ ᴘʟᴀʏᴀ

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"Honey, I'm still free: take a chance on me" - Take A Chance On Me (ABBA).

Advertencia: siento no haber aclarado esto mucho antes, pero, con esta historia no pretendo romantizar, ni dar una visión real de los orfanatos: yo no he estado nunca en uno, y no sé cómo funcionan las cosas allí. Por eso, por favor, no esperar una versión realista de cómo son estos. Gracias.

•••

23 de junio, 1979

Tras muchos largos y agotadores meses de espera, el verano por fin había llegado a Reino Unido. Las temperaturas habían aumentado, y se respiraba un aire jovial allá donde se iba: las vacaciones siempre eran bien recibidas. Y, a pesar de que en el orfanato los horarios eran distintos, todos los niños y adolescentes estaban ansiosos por tener un poco de diversión, al menos hasta que llegase septiembre y volviera la rutina.
Aquel era el primer verano de Agnar en el orfanato, y, aunque no sonase muy prometedor, le gustaba la idea de pasar un par de meses alegres con sus amigos. De hecho, aquel día a mediados de junio llegó el día que tanto tiempo llevaban esperando: por fin las institutrices les llevarían a la playa.
La costa más cercana se encontraba a una hora, por lo que la dirección del orfanato contrató varios autobuses, para poder llevar a todos aquellos mayores de diez años. También les proporcionaron a todos trajes de baño, toallas y pequeños botes de crema solar para facilitar la excursión.
Cuando por fin llegaron al mar, las institutrices hicieron énfasis en distintas normas, como que tenían prohibido moverse de la playa, hacer cosas peligrosas, y que debían estar en el punto de encuentro pasadas dos horas y media. Y, una vez las advertencias dadas, les dejaron libertad para moverse por toda la costa.

-Qué calor, joder -se quejó Jacob, en cuanto pusieron un pie en la arena.

Como de costumbre, Ethan, Rigel, Agnar, Giselle, Olivia, Charlotte y él se movían juntos a todos lados. Caminaron durante unos minutos hasta encontrar el lugar perfecto para dejar las toallas, y todas sus pertenencias.

-No seas amargado, anda -dijo Giselle, dándole un par de palmadas en el hombro.- Aprovecha la oportunidad: no volverán a traernos aquí en mucho tiempo.

-Dios, llevaba años sin venir... -suspiró Agnar, mirando asombrado al horizonte. Una pequeña sonrisa se había formado en su rostro, pues sentía que una buena época estaba por comenzar.

-¿Pensáis quedaros ahí parados todo el día? -rechistó Charlotte, quién desplegaba las toallas en la arena con la ayuda de Olivia.

Tras un breve quejido por parte del resto, se acercaron a las chicas y colaboraron para fijar un punto tranquilo, donde poder dejar sus cosas, y descansar o tomar el sol en paz.
Los jóvenes no tardaron en comenzar a desvestirse, dispuestos a bañarse o a aplicarse crema solar.

-¡Ala! ¿Y esto? -exclamó Jacob, en cuanto Ethan se quitó la camiseta. Señalaba una cicatriz vertical en la parte inferior de su espalda.

-Herida de guerra: ¿a que mola?

-Es la ostia.

Olivia rodó los ojos, con una pequeña sonrisa en los labios. La pelirroja se sentó en una de las toallas, y Agnar se sentó a su lado.

-Aggie, ¿no os bañais? -preguntaba Rigel, quien también había quedado en bañador.

-En un rato, tal vez -explicó el moreno.

-Está bien. En cuanto queráis uniros, allí estaremos.

Giselle, Charlotte, Rigel y Jacob corrieron juntos hacia el agua, empujándose unos a otros por el camino, entre risas. Mientras, Ethan se sentó al lado de los otros dos.

★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora