★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★

VII. T-ʙɪʀᴅs & Pɪɴᴋ Lᴀᴅɪᴇs

"Cause the power you're supplying, It's electrifying!" – You're the One that I Want (Grease).

Advertencia: este capítulo contiene bastantes referencias a la película de Grease.

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31 de octubre, 1978

Y para el alivio de muchos, llegó el deseado día de Halloween.
Las clases siguieron un horario distinto, adaptándose a las diferentes actividades.
Aunque, sin duda alguna, lo que todos los adolescentes esperaban con ansia era la fiesta nocturna de disfraces.

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Desde que acabaron de cenar, los chicos contaban con un total de treinta minutos para preparase.
Rigel, que llevaba un buen rato en el dormitorio, estaba muy concentrado en peinarse y prepararse para la ocasión. Mientras tanto, Agnar le miraba con los brazos cruzados.

–¿Cuándo piensas decirme de qué demonios vamos a ir disfrazados? –bufó él.

–Te lo diré cuando estemos ahí fuera y no haya vuelta atrás –contestó el contrario al instante, sonriente. Lucía una camiseta blanca junto con unos vaqueros ajustados, y su cabello estaba peinado hacia atrás con una cantidad abundante de gomina.

–Me quedo muy tranquilo –gruñó Agnar, sarcástico.

–Haces bien –había dejado el cepillo a un lado, y ahora sacaba un pequeño bote de brillo de labios de su bolsa.

–¿Vas a ponerte labial?

–No, pero tú sí–dijo mientras se acercaba a su amigo, con el bote abierto.

–¡Apártate de mí! No pienso ponerme eso –exclamó, haciendo una mueca.

–Qué aburrido eres –resopló Rigel, decepcionado. Acto seguido, dejó el brillo de labios sobre la cómoda para finalmente agarrar una bolsa que colgaba del pomo de la puerta del baño.– Venga, vámonos ya.

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En la fiesta reinaba gente de diversas edades, aunque todos ellos con disfraces muy originales y curiosos. 
Rigel no quería quedarse atrás, por lo que nada más poner un pie en el inmenso salón en el que tuvo lugar la fiesta, sacó de su bolsa un par de chaquetas. La que le entregó a Agnar era una cazadora rosa con el nombre Pink Ladies grabado en el dorsal. Mientras que la que él llevaba era una chaqueta negra de cuero que portaba el nombre T-Birds en la parte trasera.

–Ni de coña –balbuceó Agnar en cuanto tuvo la cazadora rosa entre sus manos.

–Póntela, ha costado mucho dinero –insistió.

–Rigel, ¿Tú sabes lo ridículo que voy a verme con esto? –replicó, aunque fue interrumpido cuando Ethan y Charlotte aparecieron. A diferencia del resto, ninguno de los dos iba disfrazado.

–Veo que le has convencido –murmuró Charlotte en cuanto se fijó en la chaqueta que sujetaba Agnar.

–Más bien, ha sido a traición –corrigió él.

–Deja de quejarte y ponte la maldita chaqueta, Kelly –chasqueó la lengua.– También se lo propuse a ellos dos, pero ninguno accedió. Eres mi última esperanza, Aggie, no me decepciones.