XLVII. Eɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏs

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"Is it you again, comin' round for more? Well, you can love me tonight if you want" - Hot Legs (Rod Stewart).

Advertencia: chistes y contenido sexual (nada explícito, ni específico).

30 de junio, 1979

Desde su primera quedada con Jayden, una semana atrás, Agnar no podía sacar al chico de su cabeza. Cuando recordaba aquella idílica tarde, una sonrisa se dibujaba en su rostro. Y, también revivía una y otra vez ese dulce primer beso.
Esa mañana, el joven se encontraba con Giselle y Olivia, paseando por el exterior del orfanato. Aunque, más bien, recorrían las calles en búsqueda de la cabina telefónica.

-¿Vamos a tener que acompañarte cada vez que quieras hablar con tu novio? -preguntó Giselle, fingiendo aburrimiento.

-Entonces, ¿sois novios? -intervino Olivia, curiosa.

-¿Qué? ¡Giselle! -resopló.- No inventes, no somos novios. Sólo nos hemos besado una vez.

-Porque no habéis tenido tiempo, que si no...

El rizado rodó los ojos y, una vez se acercaron hasta la cabina, Olivia le dio un par de monedas: lo suficiente para una llamada rápida.
Marcó el número de Jayden con rapidez, y sostuvo el teléfono con firmeza, ansioso por escuchar su voz al otro lado de la línea.

-¿Hola? -contestó, al cabo de unos segundos.

-¡Jayden! -exclamó Agnar, entusiasmado.

-¡Agnar! ¿Qué tal estás?

-Muy bien -el chico jugueteaba con sus dedos con el cable del teléfono.- ¿Podemos vernos hoy?

-Por su puesto. ¿Te apetece venir a mi casa?

Él puso una mano en el altavoz, impidiendo que el contrario pudiera escucharle. Después, se volteó hacia sus dos amigas, quienes le miraban con intriga.

-Me ha invitado a su casa.

-No perdéis el tiempo, por lo que veo -bromeó Olivia.

La sonrisa de Agnar se agrandó por momentos, y un ligero rubor era visible en sus mejillas.

-En ese caso, ya sabes lo que te toca -murmuró Giselle.

El rizado arqueó las cejas, confundido, y la morena chocó sus manos la una contra la otra unas cuantas veces. El rubor de Agnar se intensificó.

-Eres una pervertida.

Las dos chicas reían ruidosamente, así que el chico retomó la llamada de teléfono.

-Perdona. Estoy con unas amigas, y son un poco bobas.

-Tranquilo, no es nada -carcajeó.- Entonces, ¿te recojo donde el otro día, a las cinco?

-Sí. Ahí mismo nos vemos.

Los amantes terminaron de concretar los detalles de la cita, y finalmente, se reunieron en el lugar acordado.
Agnar esperaba en la esquina, junto al buzón de correo, impaciente. Aunque, para su suerte, Jayden no tardó en aparecer con el coche. Pitó la bocina un par de veces, y el rizado subió, sentándose a su lado.
Durante el trayecto, ninguno de los dos dejó de hablar: se contaron con detalle todo lo que hicieron esa última semana, y lo mucho que estaban disfrutando del verano.

•••

Jayden vivía cerca del centro de Londres, en un pequeño apartamento. Y, a pesar de que este no era muy espacioso, ni muy moderno, estaba situado en una buena zona. Además, en cierto modo, era acogedor.

-Bienvenido a mi humilde morada -dijo el mayor, dejándole paso a Agnar.- Lo siento si no está muy limpia. He estado ocupado.

-Tranquilo. Tienes una casa muy bonita.

★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora