"I hope you don't mind that I put down in words, how wonderful life is while you're in the world" - Your Song (Elton John).
24 de junio, 1979
Agnar seguía intentando procesar todo lo que ocurrió el día anterior en la playa, por lo que pasó toda la noche despierto, mirando al techo, pensativo. Aunque, no habló nada de ello con Rigel. Nunca lo haría.
Sin embargo, tenía planeado contárselo a Olivia, tal y como le prometió. Por eso, aprovechó aquella mañana cuando, todos habían terminado de desayunar, y se acercó a ella.-Olivia, ¿te apetece salir al jardín? Tengo mucho que contarte -propuso el rizado.
-Por su puesto. Estoy deseando oírlo -contestó la pelirroja.
Ambos se dedicaron una mirada de complicidad, y salieron al jardín, el cual estaba abarrotado de gente debido al buen tiempo. Los jóvenes querían tener privacidad, por lo que juntos buscaron un lugar más íntimo para hablar del tema. Ese lugar era la habitación de la chica, pues ella era de las únicas en el orfanato que no tenía compañera de cuarto.
Se sentaron en el suelo, el uno frente al otro. En el rostro de Agnar había una amplia sonrisa dibujada en todo momento.-¿Y, bien? -dijo Olivia, impaciente.
-He conocido a un chico.
-¡Eso es maravilloso! -exclamó ella, ahora también sonriente.- ¿Del orfanato?
El rizado negó con la cabeza.
-De fuera. Se llama Jayden, y, es major de edad.
La pelirroja arqueó una ceja, y deslizó sus brazos lentamente hasta cruzarlos.
-¿Él sabe que estás en el orfanato?
Agnar se llevó una mano a la nuca y carraspeó, nervioso.
-Puede que se me olvidase mencionarle ese detalle.
-¿Cuántos años le has dicho que tienes?
-Dieciocho.
-¡Agnar!
-¡Oh, vamos, tan sólo es un año de diferencia!
Ambos pasaron unos minutos debatiendo sobre si estaba bien o no lo que hizo el chico. Según él, era una mentira inofensiva, y, según ella, debía decirle la verdad cuanto antes.
Sin embargo, como era habitual entre ellos dos, la breve discusión acabó en risas, debido a la estúpida situación.
De hecho, el rizado incluso llegó a pedirle a Olivia un par de monedas para poder llamar a Jayden. Y, al fin y al cabo, ella no pudo negarse.
Juntos pidieron permiso para salir a la calle, y caminaron hasta la cabina de teléfono más cercana. Agnar llevaba consigo el pequeño papel arrugado que el desconocido le dió, por lo que no tardó en meter las monedas en la cabina, y marcar su número de teléfono.-¿Hola? -contestó alguien, cuya voz era grave, pero melodiosa. Era él.
El menor tragó saliva, algo nervioso. Pero, un gesto de su amiga fue el impulso para atreverse a hablarle.
-Hola.
-Disculpa, ¿quién eres?
-Soy Agnar, el chico de la playa al que le diste tu número.
-¡Anda, Agnar! Siento no haberte reconocido. ¿Qué tal estás?
-Estoy muy bien -murmuró, enrollando su dedo en el cable del teléfono.- Perdona, pero, no tengo mucho tiempo. Estoy en una cabina.
-Oh, sí, recuerdo que me lo comentaste. Bueno, ¿qué querías?
-Tan solo quería preguntarte si te gustaría que nos viéramos algún día -tartamudeó, con las mejillas coloradas.
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★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★
Ficção Adolescente𝐃𝐞́𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚. 𝐀𝐠𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚𝐥 𝐨𝐫𝐟𝐚𝐧𝐚𝐭𝐨, 𝐦𝐚́𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚. 𝐇𝐚𝐧 𝐦𝐞𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́. 𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐧𝐢...