"Keep your 'lectric eye on me, babe" - Moonage Daydream (David Bowie).
Advertencia: lenguaje malsonante y violencia.
•••
11 de marzo, 1979
-Ya te he dicho que no sé jugar. No entiendo por qué me insistes tanto -se quejaba Agnar.
El rizado caminaba a paso rápido junto con Ethan, quien llevaba una pelota de baloncesto en las manos.
-Te recuerdo que nos hace falta un jugador -resopló Ethan.
-¿Y por qué no se lo pides a Rigel?
-Porque es penoso. Incluso Charlotte juega mejor que él.
Al cabo de un par de minutos, llegaron por fin al gimnasio. En él, ocho chicos más les esperaban. Era intimidante.
-Llevamos diez minutos esperando. Sí que te haces de rogar, rubia -carcajeaba Jacob, quien estaba en el centro del campo.
Ethan y Agnar se acercaban al resto lentamente, cuando el rizado murmuró.
-¿Ese no es el hermano de Olivia?
-Sí, y es un gilipollas. Ellos dos no se parecen en nada -carraspeó el contrario.
-Lo sé. No me cae muy bien.
-¡Vamos, marujas! ¡Me estoy haciendo viejo! -insistió el pelirrojo, poniendo los ojos en blanco.
-¡Habría que verte! Una zanahoria podrida -chilló Ethan.
-Trae la pelota de una puñetera vez, Jones.
El mencionado acabó lanzándola con desgana, y Jacob la recogió al vuelo.
-¡Pero bueno, qué sorpresa! ¡Si el nenaza ha venido contigo!-Cállate, imbécil -el rubio colocó una mano sobre el hombro de su amigo, y murmuró en su oído.- Si tienes la pelota, no puedes desplazarte con ella en las manos. En todo caso, tienes que botarla. No puede haber contacto físico entre jugadores, pero si tienes la oportunidad, defiende y quítale la pelota a quien la tenga, ¿entendido?
Agnar asintió con la cabeza, y se posicionó en el campo junto con sus compañeros. El equipo contrario también estaba preparado, por lo que tanto Ethan como Jacob dieron un paso al frente.
-¿Estás lista, rubia?
-Dios santo, Davies, saca ya.
Tras un quejido, el pelirrojo lanzó la pelota al aire, que fue recogida por alguien del equipo contrario.
El partido estuvo reñido, pues los chicos depositaron toda su energía en el juego. Incluso Agnar marcó alguna que otra canasta.-Aparta -rechistó Henry, un chico moreno del equipo de Jacob. Ellos dos dormían en la misma habitación, aunque sus últimas semanas de convivencia no habían sido las mejores. Él acababa de arrebatarle la pelota de las manos al pelirrojo, quien inevitablemente cayó al suelo.
-¿Qué demonios estás haciendo, capullo? -gruñó Jacob, levantándose del suelo al instante, soltando un quejido en el proceso. El partido entero estaba en pausa, y el resto de jugadores les miraban atentamente.
-Te recuerdo que este es un juego de equipo, y no has pasado la pelota ni una sola vez -replicó el moreno.
-Si nadie se mueve, ¿cómo pretendes que la pase? Idiota.
Henry se acercaba a él lentamente. A ambos se les veía furiosos, pero ninguno de los presentes intervino.
-Cuidado con lo que dices. Yo a tí no te he insultado.
-No, pero me he comido el puto suelo por tu culpa, cabrón -chillaba Jacob.- Si te mata la envidia porque soy mejor que tú, no es mi problema.
-¡Y no es mi problema que seas un llorón! Seguro solo ha sido un rasguño -Henry le miró de arriba a abajo, a lo que el contrario reaccionó con un empujón.
-¿Llorón? ¿Yo? -insistió el pelirrojo.
-Sí, tú -le devolvió el empujón al cabo de unos segundos.- Y que sepas que yo también sé empujar.
-Pues como me vuelvas a tocar te parto los dientes. Todos.
La tensión podía cortarse con un cuchillo. Agnar y Ethan se miraban de reojo fugazmente, estando alerta, por lo que pudiese pasar.
-Dios mío. La agresividad la llevas en la sangre, ¿o no, drogadicto?
Aquel fue el detonante de la bomba para Jacob, quien acabó dándole un puñetazo en la cara al chico. Inmediatamente, todos los presentes se acercaron a ellos. Henry cubría su rostro con una de sus manos, pues su nariz estaba sangrando.
-¡Estás puto loco! -lloriqueaba el moreno, rodeado por algunos de sus amigos. Sus manos se habían llenado de sangre en cuestión de segundos- ¡Loco!
Mientras, Ethan le sujetaba el brazo a Jacob, con fuerza.
-¡Suéltame, rubia, no he terminado! -rugía el pelirrojo, fuera de sí.
Agnar se colocó entre ambos, y les ordenó a un par de chicos que trajeran algo de papel para la nariz de Henry.
-Daros prisa, que ya se ha manchado suficiente -suspiró el rizado, y acto seguido se giró hacia su amigo.- Ethan, acompaña a Jacob a la enfermería. Su tobillo se está poniendo morado.
-¡Cállate, estoy perfectamente! -se excusó Jacob.
-¿Y por qué tengo que acompañarle yo? -se quejó Ethan.
-¡Hacedme caso, y marcharos de una vez!
Ambos resoplaron, y con desgana, abandonaron el gimnasio.
•••
Caminaban a paso lento hacia la enfermería, pues Jacob cojeaba. Ninguno había pronunciado palabra hasta entonces.
-No necesito una niñera. Puedo cuidarme solo -murmuraba el pelirrojo para sí.
-Deja de quejarte y apóyate en mí, que vas a volver a caerte.
El chico puso los ojos en blanco durante unos segundos, y acto seguido, se apoyó en el hombro del contrario.
-Ese amigo tuyo, ¿cómo se llama?
-Agnar.
-Se le da bien. Mejor que a tí.
-¿Quieres que me encargue yo mismo de que acabes en el suelo? -rechistó Ethan.- Es la suerte del principiante.
-Como sea.
Tras una caminata que pareció eterna, llegaron a la enfermería. Ethan se quedó fuera, esperándole de brazos cruzados.
Cuando Jacob salió, llevaba una tobillera, y una bolsa de hielo entre las manos.-¿Qué haces aquí? ¿Por qué me esperas? -el pelirrojo arqueó una ceja.- Si te gusto, solo tienes que decírmelo.
-Más quisieras. Imbécil.
Jacob soltó una prolongada carcajada, y optó por apoyarse en el rubio de nuevo.
-¿Dónde está tu habitación? -preguntó Ethan con un tono frío.
-Es la 215, pero no pienso volver a compartir cuarto con ese cabrón. Prefiero dormir en la puta calle.
-Pues buena suerte explicándoselo a las maestras.
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★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★
Novela Juvenil𝐃𝐞́𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚. 𝐀𝐠𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚𝐥 𝐨𝐫𝐟𝐚𝐧𝐚𝐭𝐨, 𝐦𝐚́𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚. 𝐇𝐚𝐧 𝐦𝐞𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́. 𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐧𝐢...