XLIII. "Fᴀʟsᴀs ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴢᴀs"

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"Try to set the night on fire" - Light My Fire (The Doors).

Advertencia: lenguaje malsonante, y comentarios sexuales (nada explícito).

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13 de mayo, 1979

-¿Qué tal te va con Rigel? ¿Seguís enfadados? -le preguntó Giselle al rizado.

Aquel domingo, Agnar y ella se tomaron la libertad de salir del orfanato juntos, para dar un paseo por los alrededores. No llegaron muy lejos, pues caminaban lentamente, agarrados del brazo.

-No, ya no -suspiró el chico, mientras recordaba la discusión de días atrás con el pelinegro.- De todos modos, sigo un poco molesto. Rigel es un idiota.

-No me había dado cuenta -carcajeó ella, intentando tranquilizar a su amigo.- No te tomes en serio ninguna tontería que te diga: tiene la cabeza vacía.

-Gracias -bromeó él, ahora sonriente.- Giselle, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Claro. Dime.

-¿Cómo es que Jacob y tú fuisteis novios?

-Buena pregunta, la verdad -suspiró.- En esa época, ambos estábamos desesperados por recibir un poco de afecto -explicaba, en lo que se aproximaban al orfanato.- De todos modos, esa relación no funcionaba. Por suerte, ahora nos llevamos bien, pero éramos un desastre como pareja.

-Comprendo...

-Y, ahí tienes un resumen de nuestra apasionada historia de amor.

Agnar soltó una pequeña risa, y finalmente llegaron al orfanato. La mujer recepcionista les dirigió una frívola mirada, pero no pronunció ni una palabra. Los chicos entraron al edificio, algo incómodos, y se apresuraron por llegar al gran salón, en el que les esperaba el resto.

-¡Por ahí vienen los novios! -exclamó Jacob, que estaba sentado junto con Rigel, Ethan, Charlotte y Olivia.

-Qué gracioso, Jacob -gruñía Agnar.

-¿Dónde demonios os habíais metido? -preguntó Rigel, cuya cabeza estaba recostada sobre el regazo de Charlotte.

-Estábamos fuera, paseando. No hemos ido muy lejos.

-A la próxima avisadnos, que el resto estábamos aquí dentro, muertos del asco -refunfuñó Ethan, sin levantar la mirada, pues se implicaba en cuerpo y alma a un libro de filosofía.

-Cállate, rubia. ¿Por qué te las das de intelectual? -el pelirrojo señalaba el libro.

-Se le llama salvar el curso, cosa que tú también deberías hacer.

-Más quisieras.

-Chicos, siento interrumpir vuestra conversación, pero, se hace tarde y debemos ir a cenar -murmuraba Olivia.

-Cierto.

Rigel se incorporó, poniéndose de pie de un salto. El resto también se levantó, solo que con menos entusiasmo. Todos juntos, caminaron hasta el comedor, y se sentaron en la misma mesa de siempre.

-Agnar, Rigel, ¿os apetece venir a nuestra habitación después de cenar? -preguntó Ethan al cabo de un tiempo, cuando la comida ya estaba servida.

-Sí, claro, ¿por qué no? -dijo el rizado, cortando un pedazo de pan.

-¿Podemos ir nosotras también? -sugirió Olivia, mirándoles atentamente.

-No. Cosas de tíos: no lo entenderíais -interrumpió Jacob, agitando su mano, como si intentase librarse de algo.

★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora