XLI. Cᴏᴍᴘʟᴇᴊᴏs

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"You're trying hard not to show it. But baby, baby I know it" – You've Lost That Lovin' Feelin' (Righteous Brothers).

•••

30 de abril

El sonido de la bofetada logró que los presentes guardaran silencio. La imponente voz de la directriz retumbaba por toda la sala, y era capaz de asustar a cualquiera.

–No pienso volver a repetirlo. Vayan a sus habitaciones ahora mismo.

Todos los jóvenes abandonaron la sala con rapidez, mientras que Rigel desapareció junto con Beatrice. Agnar quiso seguirles, en su afán por defender a su amigo, pero Ethan le sujetó del brazo para impedírselo.

–No intentes hacerte el machote –murmuró Ethan, sin soltarle.

–Suéltame –insistía Agnar.

–No. Vámonos de aquí antes de que nos metamos en más problemas.

–Déjame ir a hablar con la directriz.

–Deberías hablar con Olivia. Ella te necesita más que Beatrice ahora mismo.

Al escuchar sus palabras, Agnar pensó en Olivia. Quizás tenía razón. Quizás ella le necesitaba en ese momento.

–Vale.

Finalmente, ambos abandonaron la sala, y se dirigieron apresuradamente a la habitación de la pelirroja.

•••

Ethan llamó sigilosamente a la puerta, y fue Jacob quien les recibió. En el dormitorio tan solo estaban las dos chicas y él. Olivia, sentada en el suelo, llorando. Giselle a su lado, consolándola. Y Jacob de pie, sin saber cómo ayudar a una hermana que se desmoronaba frente a sus ojos.

–¿Dónde está Rigel? –le susurró Jacob a los recién llegados.

–Con la zorra de Beatrice –suspiró Ethan, viendo cómo Agnar se arrodillaba junto a las chicas.

–Olivia, cielo, ¿qué tal estás? –preguntó él, mientras se acurrucaba a su lado.

Ella abrazó a su amigo con fuerza, recostando la cabeza sobre su pecho. El rizado acariciaba su cabeza con sutileza, mientras que Giselle intentaba tranquilizarla.

–Cariño, eres la chica más bonita que he conocido en la vida, y no pienso permitir que un grupo de capullos te hagan sentir lo contrario. Ellos no tienen ningún derecho a juzgarte, o a opinar sobre tí y sobre tu físico.

–Además, está bien recordar que todos los cuerpos son diferentes, y válidos.

Ethan y Jacob les miraban desde la distancia, junto a la puerta.

–Ve a abrazarla –murmuró el rubio.

–Ethan...

–Es tu hermana, coño. Ve.

El pelirrojo se acercó a ellos, y se arrodilló también. Olivia levantó la mirada: sus ojos estaban rojos, llorosos, y su cara estaba hinchada.

–Ollie –musitó Jacob, mientras entrelazaba sus manos con las de la chica.– Te quiero. Todos te queremos. Lo sabes, ¿verdad?

Ella asintió con la cabeza, y se separó de Agnar para poder rodear a su hermano con los brazos. Era una tierna imagen de dos personas que no se habían dicho te quiero en mucho tiempo. Años, tal vez.
Todos guardaban silencio. Al menos hasta que Rigel apareció por la puerta, y todas las miradas de desviaron hacia él.

★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora