"I said he brought me a letter full of tears" - Letter Full of Tears (Gladys Knight & the Pips)
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9 de abril, 197
Y, para la desgracia de muchos, tras un ajetreado fin de semana, llegó el lunes.
La última clase que tuvieron los jóvenes ese día fue la de Lengua y Literatura, a la que, milagrosamente, Rigel y Jacob acudieron.-Qué sorpresa veros por aquí -exclamó Ethan, sarcástico, mientras entraba al aula, acompañado de sus amigos.- Como siempre hacéis lo que os da la gana...
-Calla, rubia. Ya me hinchan suficiente las pelotas todas las profesoras, como para tener que aguantar a esta también -murmuró Jacob, caminando con desgana.
-No seas así. Ella es amable -suspiró Agnar, defendiendo a la señorita Smith.
-Será amable contigo -intervino Rigel.
-¡Y con todos! Te recuerdo que se preocupó por tí.
-Ninguna maestra se ha preocupado por mí en la vida. Te lo aseguro.
Los cuatro chicos se sentaron por fin en sus respectivos pupitres. Y, pasados un par de minutos, la señorita Smith entró al aula. Su voluminoso cabello estaba alborotado, y en su rostro se reflejaba una brillante sonrisa.
-¡Buenos días! -dijo la mujer, radiante, dejando sus pertenencias sobre su escritorio.- La llegada de la primavera siempre trae mucha alegría, ¿no creen?
Mónica reposó sus manos sobre sus caderas, de cara a sus alumnos. Todos la miraban en silencio, expectantes.
-Bien, muchachos, creo recordar que la semana pasada les pedí un pequeño trabajo individual, ¿me equivoco?
-Mierda. El trabajo -masculló Ethan por lo bajo.
-¿Alguien lo ha traído? -preguntaba ella, analizando a cada uno de los estudiantes con la mirada, hasta frenarse en uno.- Agnar, ¿tiene el trabajo?
Las cabezas de todos sus compañeros se giraron hacia el rizado, observándole. El chico asintió tímidamente, deseando que se lo tragase la tierra
-Sí, lo tengo -murmuró.
-¡Fantástico! ¿Le importaría salir y leerlo para todos, por favor?
Agnar suspiró, y se incorporó con desgana. Con el papel en la mano, avanzó hacia la maestra, quien se sentó en su escritorio.
-Para el que no lo recuerde -explicó la señorita Smith, en el afán de tranquilizar a su alumno.- El trabajo consistía en, poniéndose en la piel de un soldado, escribir una carta de despedida. ¿Entienden?
La clase permanecía en silencio, mientras que Agnar jugaba con el papel, inquieto.
-Una vez dicho esto, puede comenzar. Hablé alto y claro, a poder ser -pidió Mónica.
El rizado asintió con la cabeza, y tras tragar saliva, hundió la cabeza en el folio.
Querida,
han pasado tantos días desde que empezó todo esto, que he perdido la cuenta. Aunque, lo que sí sé con certeza es que, esos días son cada vez más largos, y más agotadores. Amor mío, no creo que seas capaz de imaginar lo mucho que te añoro, y lo doloroso que me resulta no oír tu risa, ni tus voz.
Hace tiempo soñaba con que la guerra se acabase, con que volvería sano y salvo, y podría besarte de nuevo. Sin embargo, a estas alturas, toda esperanza de regresar me resulta ridícula.
Mi vida, si no vuelvo a verte, quiero hacerte saber que te amo. Que tú cabello siempre será mi nube favorita. Que tus ojos siempre serán las piedras preciosas más exquisitas que haya visto jamás.
Si no vuelvo a verte, te ruego que me recuerdes.
Tuyo,
un soldado más.No había terminado de prouncuniar la última palabra cuando se vio envuelto en un mar de aplausos y alabanzas.
-¡Quién querría leer a Shakespeare teniéndote a tí! -chilló Rigel, desde la otra punta del aula.
Las mejillas de Agnar se habían tornado de un color carmesí por todo el espectáculo, y miraba al suelo con una sonrisa avergonzada.
-¡Ya está, ya está! -reía Mónica, aplaudiendo también.- Lo que has escrito es excelente. Has estado fantástico, Agnar, felicidades -colocó una mano sobre su hombro.- Puede volver a sentarse.
El rizado dejó el papel sobre el escritorio de la maestra, y volvió inmediatamente a su pupitre. Allí, Rigel, Ethan y Jacob le esperaban.
-Menuda afortunada tu futura novia, chaval -exclamó Jacob.
-Ya te digo. Con esas cartas, enamoras a cualquiera -bromeó Ethan.
¿Novia?
Va a ser que no.
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★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★
Teen Fiction𝐃𝐞́𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐞𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚. 𝐀𝐠𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚 𝐚𝐥 𝐨𝐫𝐟𝐚𝐧𝐚𝐭𝐨, 𝐦𝐚́𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚. 𝐇𝐚𝐧 𝐦𝐞𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐞𝐧 𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́. 𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐧𝐢...