XV. Qᴜᴇʀɪᴅᴏ 1979

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"There's a songbird who sings, sometimes all of our thoughts are misgiven" - Stairway to Heaven (Led Zeppelin

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14 de enero, 1979


El día comenzó con la música sonando a todo volumen a través de los altavoces del comedor.
Era el cumpleaños de Ethan, y Rigel se encargó de que sus canciones favoritas retumbaran por toda la sala en la hora del desayuno.

-¡Cumpleaaañoos feeliiiz! -chillaba Rigel, balanceando a su amigo de un lado a otro.

-Otra vez no, por favor, ya lo has cantado cuatro veces hoy -se quejaba el rubio, avergonzado.

A Agnar se le habían pegado las sábanas, por lo que apareció en el comedor más tarde de lo normal.
Se dirigió a la mesa en la que sus amigos desayunaban, y se sentó junto a ellos.

-Buenos días, bella durmiente -bromeó el pelinegro en cuanto le vio llegar.- Felicita a ricitos de oro, que es su cumpleaños.

-Cállate, Blancanieves -gruñó el mencionado.

-Felicidades -murmuró Agnar, aún con los ojos entrecerrados.

En ese momento, a través de los altavoces se reproducía Stairway to Heaven, la canción preferida del cumpleañero.

-No puedes quejarte por la selección de la música, ¿o sí? -insinuó Rigel, levantando una ceja.

-Está bien, me gusta.

-¿Te gusta? ¡Nos ha fastidiado, es tu canción favorita!

-Vale, sí, es mi canción favorita, listo -bufó Ethan.

-¡Oye! Enséñale lo que te he regalado a Aggie.

El rubio se colocó el cabello detrás de la oreja, mostrando un pendiente de una pequeña calavera.

-Me encanta -sonrió Agnar.

-¿De verdad? Cuando quieras te hago uno a tí también.

-Ni lo sueñes.

Ambos carcajearon, y Rigel se llevó una galleta a la boca.

-Ahora podrá conquistar a la chica que le gusta -balbuceó.

-Cierra la boca, Harvey.

-¡Lo digo en serio!

-Pero, ¿tú la conoces? -preguntó el rizado, frunciendo el ceño.

-Qué va, se niega a decirme quién es. A veces sospecho que sea un fantasma -susurró.

-Tú sí que eres un fantasma -exclamó Ethan, cruzándose de brazos.

La canción cambió, esta vez a We Are The Champions.

-Tienes que sacarla a bailar en San Valentín -suplicó Rigel.

-¡No pienso hacer eso! -se quejó el rubio.

-¿A bailar? -interrumpió el tercero.

-Igual que en Halloween, solemos celebrar una fiesta por San Valentín. Es tradición, todos los años lo hacemos así -explicó el pelinegro.- Puedes sacar a bailar a quien quieras, o quedarte sentado, con los marginados -eso último lo contó entre murmuros.

-¿Marginados?

-Personas sin pareja, ni nadie con quien bailar -suspiró Ethan.- Aunque yo nunca he asistido a esa fiesta, me parece ridícula.

-Oh, vamos, deberías darle una oportunidad.

-¿Para quedarme ahí parado sin hacer nada? No, gracias, Rigel.

-Cobarde -resopló.- ¿Tú irás, Aggie?

Él se encogió de hombros. Tampoco tenía nadie con quien bailar.

-No lo sé, tal vez me lo pensaré.

-¡Exacto, ese es el espíritu! Sabía que en el fondo eres un romántico, me di cuenta el primer día.

-De todos modos, no te hagas muchas ilusiones, ¿de acuerdo? -carcajeó Agnar.- No es un sí definitivo, es un tal vez.

-¡Lo mismo es! Allí quiero verte. Y respecto a tí, rubito, espero que tú también te animes a venir -saltó.- La fiesta será genial, lo juro.

-Como tú digas -asintió el rizado, mientras que Rigel se incorporaba de la mesa.

-Voy a saludar a Charlotte. Luego les veo, camaradas -se despidió de sus amigos con un gesto, para acto seguido correr hacia la mesa en la que su novia estaba sentada.

-No sé por qué insiste tanto. Sabe que no quiero ir -resopló Ethan una vez el chico se marchó.

-Yo asistiré, ¿por qué no? -se decidió Agnar.- Suena divertido.

★ '79𝚂 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜 ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora