Capitulo 36: Sueños rotos ...

139 11 2
                                    

Dos sesiones inundadas de éxito pasaron, esas que liberaron a Harry de la enorme carga emocional que durante casi once años le había hecho contrapeso, impidiéndole de manera diligente avanzar con positivismo en la vida.

Aún no estaba curado. Por supuesto que no. Sabía de antemano que el proceso era largo… incluso tedioso. Sin embargo, la esperanza que moraba en su corazón le envió la señal al cerebro; misma que a través del raciocinio le regaló a su manera de pensar una descarga de tranquilidad, un estado de paz que su novio y Katya le habían ayudado a efectuar. Sobre todo Louis. Él actuó como el puente que le ayudó a cruzar al otro lado del caudal de las emociones negativas. De no haber sido por su chico, ese río de pesadumbre lo habría arrastrado a la perdición absoluta.

Le agradeció infinitamente al cielo por haberle prestado a ese hermoso ángel custodio. Y quería permanecer con él para siempre… no iba a devolverlo. Porque después de tantas agresiones, la vida debía permitirle ser feliz al menos una vez… y esa felicidad plena solamente podría conseguirla al lado de su amado ojiazul.

❄️❄️❄️❄️

Estaba acostado boca abajo, con sus antebrazos apoyados en el colchón y sus piernas flexionadas hacia arriba, moviéndolas rítmicamente en el aire al son de un armonioso compás. En su mano derecha sostenía delicadamente su mandíbula, mientras que la otra hacía lo mismo con su móvil. Sus ojos verdes admiraban la belleza de su chico inglés plasmada en una instantánea, mostrando a través de ella la perfección de sus facciones. Esa sonrisa acendrada portaba la suficiente chispa para irradiar calidez a cualquier alma que se encontrara grácil de sus emociones.

—Juntos alcanzaremos el cielo, mi amor— le susurró a la pantalla, para después, depositar un beso en la misma. Tú te mereces el cielo, mi cielo.

Su dedo pulgar continuó desplazándose hacia la derecha, a la vez que sus verdes esmeraldas contemplaban todas las fotografías que había guardado en su galería muchísimo antes de conocerlo. Sonreía con vergüenza para sí mismo al ver detalladamente cada imagen. Se sentía un acosador.

Se cohibió más al recordar cada póster pegado en la pared de su habitación en Minnesota, sin contar la cantidad de cartas escritas debajo de su colchón. Con el tiempo esperó desecharlas, pues tuvo bastante claro que el destino jamás le permitiría que éstas fueran entregadas. Pero ahora…. Ahora ese chico era suyo… completamente suyo, porque en su corazón habitaba la certeza que Louis Tomlinson lo amaba con todas las fuerzas de su ser.

Dejó el teléfono a un lado de su cama y seguido, se incorporó de la misma para dirigir sus acciones a la mochila que reposaba sobre el sillón. Tenía una hora exacta para salir del hotel con dirección al Ice Hearthstone: lugar donde se llevarían a cabo las eliminatorias en las cuales se elegirían a los diez mejores bendecidos de la temporada. Pero antes, esos quince competidores en curso debían ofrecer una conferencia de prensa en pro- a su manera de sentir en tan importantes juegos olímpicos.

En su interior quizá albergaba un poco de nervios debido a su evidente timidez para hablar en público. No obstante, el saber que estaría sentado junto a Louis le tranquilizaba mucho, ya que este prometió ayudarle verbalmente si en dado caso no pudiese formular una respuesta coherente.

Otra cosa que le inquietaban los pensamientos era el miedo al fracaso. Un error más en la pista James no se lo perdonaría. Aunque a decir verdad sus últimos entrenamientos habían sido realizados con éxito, tal vez pudo presentarse uno que otro error en la rutina, estos eran inevitables, pero supo enmendarlos con excelencia.

—Hazz…

La inmersión de sus cavilaciones le impidió reparar totalmente en la figura que tenía parada justo a su extremo derecho.

Sobre Hielo [ Larry stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora