Capitulo 54: Vínculo a la distancia...

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Minnesota, Estados unidos 18:15

El crujido de las gélidas pisadas de un par de brillantes glitter fue la marca que quedó en aquel abundante tramo de nieve. El centro Selby de su casa no quedaba demasiado lejos, por tal motivo ese chico rizado de mirada profunda prefería la opción de caminar a través de algún solitario atajo, a tomar el vagón que le pondría en su morada aproximadamente en diez minutos. No era de su agrado mezclarse con la muchedumbre que probablemente le preguntaría "¿cómo te fue en Londres?". En definitiva quería ahorrarse el desagradable rato de un interrogatorio inoportuno.

—No, qué pereza —susurró para sí mismo, mientras sus silenciosos pensamientos salían a la superficie mediante un quejido de incomodidad Suelen ser tan chismosos, dijo, refiriéndose a cualquier individuo que se acerca a su presencia solo por morbo. Detestaba a la gente con ese tipo de actitudes tan entrometidas.

"Eres un pésimo ser humano, no debiste hacerle eso a Louis... Se ve que es buen chico".

—¿Hacerle qué, estúpida? ¿Hacerle qué? — le preguntó frustrado a la nada — Si tan solo supieras que fue él quien me hizo daño — farfulló con severa indignación gracias a aquel ilógico vocifero por parte de, al parecer, una tonta rubia.

"Me gustaba tu compañero. Es realmente un bombón".

—Entonces, quédatelo.... Yo no lo quiero —murmuró con fastidio, a la vez que su mente rememoraba el comentario de cierta chica chillosa en cuanto a su apariencia. Ojalá te haga daño la pizza, coscolina.

Apretó sus acolchadas manos en forma de puños, mientras su ceño se fruncía notoriamente. En realidad, aquella habladuría había generado en su interior un alto grado de molestia. Misma que de manera paulatina fue bajando gracias a la valla de alambres que comenzó a hacerse más cercana ante sus ojos. Era el cerco que cubría el jardín de su querido y cálido hogar. Un ambiente en el cual lo esperaban, según su cerrada mentalidad,
las personas que realmente lo amaban.

"Del amor al odio solo hay un paso, eres un malvado. Tú eres la prueba fehaciente de ello".

«Estoy cansado de reproches ilógicos. Solo quiero estar en paz. Solo pido paz», dijo para sí mismo.

«Por esa maldita razón me desconecté del mundo... Porque no quiero saber de él, pero pareciera que todos se ponen de acuerdo para indirectamente recordármelo».

Avanzó un par de pasos más hasta que sus manos al fin hicieron contacto con aquel portón que le daría la posibilidad de llegar a su pronto descanso. Pero no sin antes degustar o mejor dicho devorar algún exquisito platillo preparado por las hermosas manos de su chica favorita.

Del patio a la puerta de la entrada no existía mucho camino a recorrer, por lo que en menos de diez segundos ya se encontraba frente a la fría madera que le permitiría el acceso a su paz física.

Puesto que la mental solo la alcanzaría en Londres.

Giró el pomo, dando así por finalizado su
extenso día laboral en el nuevo Domino 's ubicado en Selby. Sus luceros trazaron un viaje visual por toda la inhospita sala, llevándolo a contraer sus facciones debido a la extrañeza que la soledad de la estancia le provocó.

Durante casi todo el día, su corazón había sufrido una especie de raras punzadas que inquietaban en demasía su sentir. Estas se aglomeraron a la altura de su pecho provocando a su concentración ser interrumpida varias veces debido a la inesperada turbación de notorias emociones. Sin embargo, intentó ignorar ese pequeño dolor que un inexplicable mal presentimiento le generó. Pero el haber sido recibido por un singular mutismo, no hizo otra cosa que invitar de nueva cuenta a aquella molesta sensación.

Sobre Hielo [ Larry stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora