Capitulo 13: un enemigo invisible..

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Las cuatro blancas paredes de aquel gélido consultorio tenían a Harry prisionero en una cárcel de nervios. Ya no lloraba debido a que en su interior albergaba un ápice de ilusión, una ráfaga de esperanza que le permitía soñar con un regreso a la pista de hielo.

Un portazo hizo que los tres hombres allí presentes se sobresaltaran; sin embargo, al notar la presencia del ortopeda con los nuevos resultados, cualquier rastro de susto se esfumó y en su lugar, la ansiedad fue quien se apoderó de ellos de nueva cuenta.

-¿Y bien...?-preguntó Harry.

El doctor Henderson sonrió ante la intranquila actitud de su paciente, sabía a la perfección que el chico deseaba con todas las fuerzas de su alma encontrarse bien físicamente. Podía percibirlo a través de esos verdes ojos que destellaban un brillo cargado de anhelo.

-Harry... -habló, dejando en sus palabras, un rastro de expectativa-. Mañana, a esta misma hora, tú puedes estar en hielo si así lo deseas.

El grito de felicidad que vociferó el estadounidense fue increíblemente satisfactorio para su entrenador y para su mejor amigo, quienes observaron al chico de los ojos verdes dirigirse al otro extremo del escritorio, y brindar de esa forma, un cálido abrazo de agradecimiento al doctor. El hombre de canas y aspecto amable correspondió de inmediato a dicho acto tan lleno de esperanza y alegría.

-¡Muchas gracias! -expresaba el americano -. Es usted un ángel.

-El ángel es Louis, fue quien te trajo aquí -respondió al mismo tiempo se separaba de la tierna acción del menor-, de no haber sido por él, ese erróneo diagnóstico habría acabado con tu estadía en las olimpiadas.

Harry sonrió ante la mención del chico de sus sueños, quien minutos atrás tuvo que dejar obligatoriamente la clínica debido al llamado furioso de su entrenador -. Sí -musitó, sonriendo hacia el mayor-. Él también es un ángel.

-Por hoy debes guardar reposo absoluto -indicó, mientras levantaba una mano y lo apuntaba con la pluma que sostenía entre sus dedos -. Mañana podrás seguir con tus entrenamientos normales

-Así será, doctor -acotó el rubio-. Me encargaré de que descanse.

-También deberá tomar estos antiinflamatorios, uno diario durante siete días -declaró, al tiempo que le hacía entrega de un frasco color blanco con siete pastillas en su interior -, y no se preocupen por los gastos, Louis ya los saldó - finalizó.

El ojiverde sintió su pecho inflar de una indescriptible emoción al escuchar el último comentario del médico. Fue como si sus pies abandonaran el suelo. Porque sí, ese chico de cabellos castaños lo tenía flotando en lecho de grandes ilusiones.

❄️❄️❄️



-¿Ves, Niall?

-¿Qué tengo que ver? -indagó el mencionado, entregando al rizado un vaso con agua y seguido de este, su medicamento.

-Que los sueños se hacen realidad -dijo, mientras se incorporaba de su cómoda cama y con dicha acción, recibir las atenciones de Horan -. ¡Él está enamorado de mí!

Esta vez, el chico le lanzó una mirada neutral en cuanto a la emociones.

-Harry... quizá sí le gustas, pero eso de estar enamorado de ti, es algo bastante exagerado.

-Oye -hizo un pausa para llevarse a su boca, una de las pastillas que horas atrás el doctor le había recetado -, siento que sí lo está. Lo siento aquí -con su dedo índice señaló su corazón-, y él nunca miente.

-Hay veces que se equivoca -replicó, mientras se sentaba en la orilla de la cama. Su voz era suave pero firme-. No digo que este sea el caso; sin embargo, no hay que entregarse completamente.

Sobre Hielo [ Larry stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora