No fue el destello de los fuegos artificiales iluminando la noche quienes llenaron de calidez su corazón, sino el bonito ángel de ojos llamativos que observaba embelesado cada uno de sus movimientos. Lo persistentes parpadeos de sus frondosas pestañas obligaron a Tomlinson a permanecer reo en la cárcel coqueta de aquellas jades hipnotizantes.
—Quiero que sepas—susurró con dulzura, perdiéndose en la belleza que su novio reflejaba —, que amo todo de ti.
Esta vez, fueron sus bellas turquesas quienes conectaron con aquellos brillantes esmeraldas; mezclando gracias a su incandescencia producida, la sensación de paz y emoción para ese ruidoso y pirotécnico entorno.
—Deseo pasar el resto de mi vida contigo, mi amor.
La leve cellisca no cesaba; sin embargo, tal tropiezo natural no impediría que ese dulce inglés derramara todos los sentimientos de su corazón.
Esa merma madrugada de enero, un hombre enamorado sellaría a través de un compromiso eterno, la prueba más grata de amor.
—Harry, eres mi sueño.
Del compartimento de su tibio abrigo, sustrajo aquella pequeña cajita aterciopelada. La atenta mirada cristalina de su preciosa divinidad lo llevó a precisar los impulsos por sacar a flote las palabras atestadas de una intensa felicidad. Se mordió los labios mientras que sus bonitos destellos recorrieron con admiración el rostro de su amado chico; sus mejillas teñidas de un color cereza compartiéndole a la punta de su nariz la misma tonalidad, le dieron a sus facciones un aspecto en demasía dulce.
Un placer enternecedor que Louis experimentó con cada oscilación visual.
—Este es mi sueño, mi amor… —
Tomó una de sus frías manos a la vez que poco a poco iba acortando la distancia entre ambas presencias. —Por eso; frente a Londres de testigo y bajo el ruido de estos fuegos pirotécnicos que no se comparan en nada a los sonidos que emite mi enamorado corazón, quiero pedirte a ti, Harry Styles… que compartas tu vida junto a mí.
Su brillante sonrisa hizo su aparición a través de un grácil gesto realizado por sus gélidos labios; misma sensación que de un momento a otro fue recorriendo cada fibra de su interior, puesto que, el extraño silencio en el cual su persona favorita permanecía no le dejó cabida para otra forma de sentir.
—Hazz…
Pero nada ocurría, solamente una mirada cargada de la más cruel de las indiferencias.
—Mi amor… ¿sucede algo?
Los fuegos artificiales le dieron tregua a su fragor. En su lugar, fue otro desesperante bullicio que predominó en la fría y oscura intemperie que latigaba la noche.
Era un ruido similar a la fuerte ventisca de un destructor huracán.
Sus sentidos sobresaltaron al grado de tener que ubicar con sus propios ojos de dónde provenía ese horripilante y ensordecedor sonido que amenazaba con robarle su casi extinta paz.
Elevó su vista hacia el cielo, centrando toda su atención en aquel azul cobalto que cobijaba con su espesa neblina la incomodidad de sus ya reales nervios.
—Creo que lo mejor será irnos, Hazz. —
Sin embargo, cuando quiso hacer contacto visual con el chico que tenía enfrente, fue su ausencia quien le abofeteó sin pudor alguno, haciéndole caer en cuenta de su amarga verdad.
—Hazz…
Giró su cabeza hacia todos lados con la absurda ilusión de encontrarlo detrás de los desnudos árboles que decoraban la helada estancia. No obstante, su búsqueda visual fue en vano, porque su ángel de hielo no apareció por ningún lado; este se había esfumado como viento.
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Sobre Hielo [ Larry stylinson]
Fanfiction"Desde su adolescencia, Harry ha estado secretamente enamorado de Louis, un exitoso patinador profesional. Inspirado por este amor de juventud, decide seguir sus pasos en el mundo del patinaje artístico, sin imaginar lo que pasaría después. A medi...