Capitulo 57:"El lobo siempre será malo si solo escuchas a la Caperucita

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Londres, Inglaterra 10 de marzo 5:30 pm

—Y me siento feliz, ¿sabes? Me siento feliz por haber demostrado mi inocencia, pero me siento incompleto. Por alguna extraña razón eso no me llena.

—¿Qué es lo que te aqueja? —preguntó la dulce Katya.

La iluminada habitación se llenó de un tenso mutismo mientras que el ojiazul, quien permanecía sentado en un cómodo sillón, intentaba formular un vocablo coherente en cuanto a su futura contestación. Se mentiría a sí mismo si dijera que su pensamiento no era de real importancia para su continua existencia. Por tal motivo, trataba de sobrellevar esa pesadumbre que una remembranza verdosa le azotaba.

La necesidad por expresar sus afligidas cavilaciones era el propulsor de recopilar el valor adecuado para que la mujer del frente, con su entera preparación, pudiese ayudarlo.

—Siento frustración, ¿sabes? —De a poco, sintió como su garganta iba reduciéndose prácticamente a nada—  han pasado cinco días desde que todo se aclaró, y Harry no ha tenido la decencia de llamarme para brindar aunque sea una disculpa por cómo me trató... por lo que me hizo. Me enerva su precario interés en cuanto a mi sentir, pareciera como si... —hizo una pausa. El estrangulamiento de lágrimas comenzó a ejercer su adolorida labor; no obstante, sacando fuerza de flaqueza, prosiguió―: como si... ¡ah!— emitió un pequeño grito malogrado, mientras que, con las palmas de sus manos, cubrió rápidamente su rostro en un intento por ocultar su ácida aflicción... la impotencia ante sus tercos sentimientos. Sé que ya no debería seguir prensado a la ilusión que alguna vez me amó porque muy claro me quedó que en definitiva nada fue así, —pero Katya... me cuesta... me cuesta y me duele que él no me ame. Me siento estúpido.... Un completo idiota por haberle entregado mi corazón a una persona tan despegada como él. Y me siento tan molesto por su forma de ser... por su egoísmo... por esa estúpida necedad que lo llevó a pisotear mis sueños de enveiecer juntos.

>>>Me molesta, Katya. Me molesta no poder olvidarme de él, por ser inmune a sus agravios emocionales.

Y le permitió a esa incómoda linfa hacer su descenso, ya que estas, se negaban a permanecer un segundo más dentro de sus tristes iris.

La mujer por su parte, solo se dedicó a escuchar mediante el pensativo silencio que la ayudaría a formular una lógica pregunta... Una que la llevaría a tocar el punto exacto de su premeditado plan.

—Dejando a un lado el sentimentalismo, ¿te has puesto a pensar que tal vez no sabe nada de esa resolución jurídica? Quizá a Harry aún no le llega esa información, recuerda que eso es un proceso legal internacional.

—¡Por Dios! ¡No lo sé! —vociferó a la vez que de una manera brusca, secaba aquella molesta y salada humedad—. No lo sé.

—Entonces, lo correcto será que se lo aclares tú personalmente.

Ante lo expresado por la rubia, Tomlinson dejó escapar de su boca una risa atestada de un cruel escarnio, al mismo tiempo que

dirigía su indignada mirada hacia la mujer que mantenía un semblante serio ante aquel tenso entorno.

—Sabes perfectamente que no tengo la menor idea dónde vive. Legalmente se encargó de privar su ubicación.

Pero la mujer con firmeza, lo interrumpió.

—Y si la tuvieras... ¿estarías dispuesto a hablar con él? ¿Aclarar tu imagen ante su erróneo pensamiento? Y sobre todo, ¿buscar tu paz interior?

Preguntas a las que Louis calló sepulcralmente; de sus labios, un ligero suspiro quedó prensado. Sus ojos eran la evidente muestra de una, hasta el momento, irreparable inconformidad. Su cerebro se había conformado con una sola verdad. Una que le costó aceptar; sin embargo, su raciocinio no era lo suficiente fuerte para emitir respuesta alguna. Por lo que tomó como atajo para sus inseguridades, el condenante silencio de una pena emocional casi perpetua.

Sobre Hielo [ Larry stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora